Sol poniente por Sevilla,
un incendio naranja
con pinceladas lilas,
cual violeta que sueña en
azul
y va dejando tras de sí
la pesadez de fuego de los
días.
El naranjo es sombra verde
que se olvidó de la nieve
en flor
y cubre carrera por las
calles
ante la fiera firmeza del
tiempo.
Cuando salga la reina de
la noche
y se engalane con su tul
de blondas,
cuando de cada esquina
brote un sueño,
un sutil misterio
intangible,
cuando desaparezca el vaho
encendido
y dé paso a la brisa,
tomarán vida los sueños
y el río contemplará mudo
el correr intransitivo de
las horas.
En esa quietud que se adormece,
te seguiré esperando de
por vida.
Parece que estoy allí, percibiendo ese aroma de los naranjos en flor y buscando ya las sombras, ya que ahora aprieta el sol.
ResponderEliminarFeliz semana. Besos.
No hay mucha diferencia de tu paisaje al mío, pero me encantaría compartir contigo cercanía y mirada a nuestro río común.
EliminarBesos.
Já muitas vezes estive na praia a ver o por do sol. É simplesmente deslumbrante.
ResponderEliminarBelo e fascinante poema
.
Cumprimentos … uma semana Feliz.
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Pensamentos e Devaneios Poéticos
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Muy agradecido, Rykardo.
EliminarAbrazos.
El sol poniente de Sevilla, son las primeras pinceladas, que van creando el sentimiento del poeta cálido, profundo, verde esperanzador, quieto y acunado por el río...Toda la creación de la naturaleza se confabula para abrazar los versos de amor, que se eternizan en tus letras, Francisco.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo por tu amor a la poesía, amigo.
Te estoy muy agradecido, María Jesús. Mi poema sin ti es menor.
EliminarUn abrazo.