He decidido dejarlo todo.
Sí, absolutamente todo;
deshacerme de folletos y
catálogos,
de todo tipo de tutorial
y ponerme en tus manos,
y dejarme conducir por ti,
aconsejar por ti, llevar
por ti.
Los días son muy largos en
tu ausencia
y las noches una
tembladera interminable.
Recuerdo otros tiempos,
otra autonomía, otras
circunstancias.
Nunca fui valiente, pero
ahora
me acobarda cualquier
sospecha:
una sombra, un rayo en un
espejo,
una ráfaga de viento.
Los años me han
debilitado.
No soy incapaz ─creen─
pero yo pongo menos
confianza en mí
que el resto.
No lo niego, doy la
apariencia,
pero no es cierto que
quien tuvo retuvo.
Me deshielo, me desmadejo…
Te necesito.
Buen poema. Es la constatación de la necesidad que tenemos del otro. Del amor y por él nos deshacemos.
ResponderEliminarSaludos
Francesc Cornadó
Moltes gràcies, Francesc
EliminarSaludos
Yo también.
ResponderEliminarUn abrazo.
Solos no somos nada, Emilio.
EliminarUn abrazo.
La edad no perdona. Es normal que con el paso de los años, se tenga algún desgaste. https://ventanadefoto.blogspot.com/
ResponderEliminarBesos.
Lo importante es ir aceptando y adaptándonos a las nuevas circunstancias.
EliminarBesos.
Se nota mucho más la necesidad de los demás cuando nos encontramos en absoluta soledad.Francisco tienes la suerte de tener a tu esposa, cuidaros mutuamente.Saludos
ResponderEliminarSin lugar a dudas, Charo. Veo en mi entorno casos mucho más graves.
EliminarUn abrazo.
Ponerse, ponernos en sus manos, es la mejor decisión. Y nada faltará.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un cariñoso abrazo, Sara.
EliminarBuenísimo!!
ResponderEliminarBuenísima tú con este viejo enredado en sus ideas.
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