Presencia.
Estampa cotidiana, cercana
al éxtasis,
silencio que observa y se
complace,
derrota del espacio
en la extensión del
tiempo.
Observancia. Complacencia.
Misterio en la cercanía,
en la proximidad de tus
ojos y los míos
que se ejercitan y se
buscan.
Voz desnuda, derramada
como alberca verde por el
rebosadero,
plena.
Memoria ahíta que se satisface
rememorando cada rictus,
cada mirada, cada
exhalación;
compás retenido en la
partitura
de los días vividos
y acopio generoso para
venideros,
que saben y salvan.
Tú y yo. Sabernos cerca,
Respirar, sentir y
sentirnos en silencio.
Presencia.
Me encanta esa presencia.Saludos
ResponderEliminarPues eso es la presencia tal y como tú magníficamente lo cuentas. Un abrazo
ResponderEliminarBendita presencia. Mi deseo es que sea infinita.
ResponderEliminarAbrazos
Presencia insustituible, que te acompaña a lo largo del día. Me alegro de que tengas una buena compañía.
ResponderEliminarBesos.
Si, Francisco. Hay una "presencia divina" en el atardecer, que une a los amantes y los hace partícipes del AMOR, que fluye, eterno en el paisaje...
ResponderEliminarProfundo y bello poema, que nos llega poéticamente romántico, amigo.
Mi felicitación y mi abrazo por tu maestría y fluidez constate.