Mañana de junio,
amanecer retrasado,
el sol juega con la
competencia
y las aves han buscado
refugio.
Algún ángel travieso
ha dado en los cielos
brochazos opacos
y me ha encallado en la
cintura
un varal ácido y
descompensado,
una queja silenciosa
que me contrae el rictus
con la antipatía
que la adversidad hace
innegociable.
Se angosta la mueca
al tiempo que el viento es
ráfaga sin patrón
que se enrosca en el talle
y roba un suspiro
improvisado.
No se anuncian lluvias,
tan solo un traspiés
que frena la avanzadilla
del verano.
Mañana, quizás pasado,
todo será olvido
y el infortunio se tornará
carcajada.
El tiempo nos ha dado un respiro, para no pasar calor. por lo pronto vamos a sisfrutarlo, dentro de nada llegaremos a los 40º o más.
ResponderEliminarBesos
En mi tierra tenemos tantos cambios que aunque fastidia yo al menos los tengo muy asimilados..Saludos
ResponderEliminarGracia y fina ironía en tu actitud, que suaviza esa "mueca que se angosta", Francisco. Dentro de nada el sol será rey y señor del cielo y seguro que volvemos a pedir alguna "ráfaga sin patrón" o "brochazos de algún ángel travieso..." Muy buenas metáforas y baile de neuronas.
ResponderEliminarMi abrazo entrañable y feliz noche, amigo.