Al parecer, en el fútbol de las estrellas no pocos andan estrellados y las deudas con los jugadores son como para cazar leones. Deudas que no padecen los mejor pagados, sino aquellos que forman en los clubes modestos y que necesitan la presión del conjunto para que éstos tengan posibilidades de cobrar. Leí hace dos días que de los veinte equipos de fútbol más endeudados de Europa diecinueve son españoles. ¿También en el fútbol? ¿Entonces esto llega mucho más allá de las fronteras de la burbuja inmobiliaria? ¿Hasta dónde?
Se queja el Consejero de Turismo de la Junta de Andalucía que con un incremento del nueve por ciento de ocupaciones hoteleras no se haya reflejado también en la contratación laboral. Se quejan los comerciantes de la Costa del Sol de que con mayor afluencia de turismo este año la caja está más floja. Se quejan los autónomos de la indefensión ante el cobro; que trabajan, cuando pueden, y que no tienen la certeza de poder cobrar en su momento los servicios prestados. ¿También fuera del fútbol con problemas de cobro?
Íbamos a tener una de las ligas más tempraneras, pero también hay dudas de que lleguen a celebrarse los partidos del segundo domingo. Este primero nos ha privado del carrusel, de la repetición de las jugadas conflictivas, del pay per view de quienes lo usan, de si fue o no penalti, de los dudosos fuera de juego, de las tarjetas amarillas, de los cabreos de Mou… ¿De qué hablarán los tertulianos radiofónicos y televisivos mañana? Soy de los que pasa por el fútbol de puntillas sobre los titulares e incapaz de acertar la quiniela de la semana anterior, pero ¿no ha perdido señorío el Madrid con este provocador y soberbio de entrenador, endiosado él y rencoroso? Hace mucho que el fútbol dejó de ser un deporte como cuando vestían la camiseta Arteche, Uribe, Arieta, Merodio y Gainza; ya lo sabemos, y de ello hablan las elevadas sumas de los contratos, sobre todo de los que sí se pagan.
Estoy encantado con la solidaridad de los grandes para que cobren los pequeños; ahora sólo falta un poco de respeto y reconocimiento al adversario y no meterle el dedo en el ojo a nadie, como quien trata de averiguar si lo del ojo ajeno es una viga o una simple paja.
Yo estoy de acuerdo con la huelga, no se puede trabajar meses y meses sin cobrar un duro.
ResponderEliminarEn cuanto a las trifulcas últimas, me parece imperdonable el comportamiento antideportivo de algunos futbolistas y entrenadores.
Un abrazo Francisco.
La cosa va tan mal en este endeudado mundo, que el dinero ya no alcanza ni para lograr ver decentemente un partido de fútbol..y es que la mala administración no solo es en las grandes potencias mundiales..hay problema de liquidez a nivel mundial...ojalá no lleguen las huelgas a los blog o tendremos que sumarnos al paro..ay que cosas!!
ResponderEliminarHasta que se convirtieron en Sociedades Anónimas, las deudas las pagó el Estado y no fue poco dinero el desembolsado. Unos presidentes de club, procedentes de la Construcción, sin saber nada de lo deportivo e inflando la burbuja como sus propias empresas, han creado este problema deportivo pensando que al final sería resuelto como la vez anterior, soltando le "tela" todos los ciudadanos, por mi parte se pueden ir al "carajo" todos los club de España, incluidos Barça y Madrid.
ResponderEliminarOí en RNE que la deuda de los equipos para con los jugadores era ¡es de asombro! de 50 millones de euros. Mas turulato quedé al oír que se la debían a 200 jugadores lo que da una media de 250.000 euros por barba. ¡Vaya! lo que cobro yo en un año de pensión más o menos, y encima congelada. Ángel
ResponderEliminarLuego nos preguntamos por qué el mundo va como va. Interesante reflexión, me quedo en tu espacio.
ResponderEliminarUn abrrazo !
Respetar al adversario siempre es importante. Gestos, palabras y hechos como los vistos no dan muy buena imagen a un deporte tan seguido por todo tipo de publico.
ResponderEliminarDeben pagar a los futbolistas, si no tienen dinero que lo piensen antes de contratarlos.
Un abrazo.
Yo no soy futbolero y me resbala casi todo. Lo que sí noto es que la prepotencia de un entrenador y la estupidez de los dirigentes y socios de ese club van a conseguir cargarse la mejor selección que ha tenido España. Ya se consiguió entre clubs, medios de comunicación etc. cargarse el fútbol como deporte y los equipos representativos de los pueblos. Lo único que me hace no desear su total desaparición es la cantidad de puestos de trabajo que viven de él. Si los espectadores que van a ver un partido de fútbol en cualquier división, y más en las superiores, pagasen el costo real de ese evento posiblemente los campos estarían desiertos.
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