Al tratarse de una residencia veraniega, no solemos tener plantas ya que ellas requieren la atención diaria y continuada que no les podemos ofrecerles a lo largo del año; pero el verano es generoso en luz y sol y nos gusta poner alguna nota viva en nuestra terraza que nos vaya marcando el pulso de la vida. Esta terraza se convierte en el punto de estancia de casi todas las horas que pasamos en la casa, por eso al comienzo del verano compramos algunas macetas con las que hacer la estancia más agradable y al final de la misma las regalamos a los vecinos en lugar de dejarlas morir. Cada mañana, antes de que el sol pueda herirlas con sus rayos verticales, suelo ponerles un poco de agua con la que afronten el rigor del medio día y ellas nos devuelven el gesto con lo mejor que tienen, cada una según su especificidad.
Una azalea –regalo de Magdalena-, un par de coleos, varios geranios y gitanillas, una hermosa mata de hierbabuena y una albahaca de hoja ancha. Al cuido todas responden con gestos agradables: una nueva hoja, un nuevo brote, un colorido incendiado o verde retinto, una flor incipiente que mañana y durante días será esplendorosa… Las aromáticas son de lo más generosas: basta que corra un poco de brisa para que destilen su aroma característico que lo perfuma todo. Y por si fuera poco, de vez en cuando, las usamos como condimento culinario para mayor placer.
Como digo, no estamos solos, también pasa unos días con nosotros nuestro nieto Alberto que, a sus cinco años, requiere mayores atenciones que las plantas y da también mayores satisfacciones. Ha descubierto el olor de la albahaca y algunas veces se aproxima y mete su naricilla entre las hojas para olerla; otras veces acerca sus manos y mueve las ramitas suavemente para que el aire se inunde de ese aroma tan agradable. Estamos haciendo su horario, acudiendo a la playa donde más se divierte o nos quedamos en la piscina, al parque infantil que le acomoda, buscamos sus preferencias de comida y las salidas que le apetece; él lo pasa muy bien y nosotros mejor, a pesar de lo cual no deja de recordar a sus padres y quiere que vengan pronto a recogerle. Hace días decía en otra de mis entradas que hay varios Marbella: este es uno de ellos y el más gratificante y entrañable de todos: el personalísimo.
Personalisimo, entrañable, colorido, oloroso y familiar... El mejor de todos, sin duda alguna!
ResponderEliminarQue lo disfrutes hasta el último día!
Un abrazote!
;)
Muchas gracias, Francisco, por compartir tan agradables vivencias, muy bién por tu nietecito y por las azaleas y demás plantas que te confortan y halagan.
ResponderEliminarSaludos afectuosos.
Leonor.
Cómo se nota que estás disfrutando de tu estancia en Marbella con el nieto.
ResponderEliminarFelicidades.
Hola, Francisco:
ResponderEliminarDisfruta y vive feliz que la vida es más bonita entre las cosas sencillas.
Un abrazo.
Vivir entre plantas y niños es la mejor forma de renacer cada día.
ResponderEliminarUn beso.
Una casa sin una maceta y sobre todo una amplia terraza sin una planta o flores que de una nota de color queda fría le falta algo.
ResponderEliminarTenemos en nuestra terracita de 2x1 un granado desde hace dos años, el primero se le cayeron todas las flores según florecían, pero este año le han salidos dos granadas y les damos hasta besos.
Un abrazo.
Hay pocas cosas que alegren más una casa que las plantas y los niños. Felicidades por poder disfrutar de ambas.
ResponderEliminarUn beso
Tengo amigos con apartamento en la costa que dejan macetas en la terraza durante largo tiempo y aguantan solo con la humedad del ambiente, sobre todo si son plantas grandes con mucha tierra como la buganvilla.
ResponderEliminarSin plantas y sin niños, la casa está desnuda.
ResponderEliminarDisfruta de las galas.
Un abrazo Francisco.
Gracias, Edurne, Leo, Nómada, Rafael, A.K.E., Emilio Manuel, Añil, Senior Citizen, Elena; ¿os dais cuenta que perdemos la vida obsesionados con las grandes cosas, pero lo que realmente gozamos y vivimos son las pequeñas? Sin vosotros, este blog sería palabras al viento: gracias por vuestra compañía.
ResponderEliminarHola Francisco. El blog sin nosotros serían palabras al viento. En todo caso, serían palabras olorosas como las albahacas de tu terraza. Que disfrutes aun más si fuera posible. Ángel
ResponderEliminarlas plantas también son reflejo de nuestra personalidad, son vida que cuidamos y que nos devuelven mucho más de lo que les damos con el simple hecho de regarlas a diario
ResponderEliminarbesos
Las plantas nos dan un gran gece, pero los nietos... ¡Eso si es disfrutar! Saludos
ResponderEliminarLa vida es mejor si se rodea de más vida... qué vacaciones más estupendas estás teniendo, compañero.
ResponderEliminarSaludos.