No tenemos más remedio que dar gracias a Dios por el veraneo que estamos pasando, un mes ya y tenemos al menos otro por delante; los amigos y familiares no nos dejan y se nos agolpan los acontecimientos sin que podamos dar abasto a todas las llamadas. Siempre cosas sencillas, pero grandiosas en la generosidad con que nos sentimos amados. Ya no están nuestros mayores, pero nos queda un montón de vínculos que nos hacen la vida alegre, divertida y jovial en tan agradable compañía.
Hoy es el día de la impaciente espera: nos estamos preparando para recibir a nuestros hijos, a nuestro nieto Alberto y a su mamá Lourdes, a quien estoy deseando palparle la barriguita y sentir, si es posible, el primer pálpito de la criatura que está gestando. Somos los que somos, pero si Dios quiere pronto seremos más y no cabremos de gozo. ¿Qué es la vida sin la familia y los amigos? Ayer me contaban de una persona a la que conozco desde la infancia que vive su etapa de mayor en soledad por lo huraño, antipático, envidioso y despegado que ha sido siempre con los suyos. ¡Con su pan se lo coma! Cosechamos lo mismo que sembramos y a muchos se nos olvida cavar y abonar la tierra.
Ya imagino a Alberto empujando para que nos marchemos a la piscina, adelantándose a pulsar el botón del ascensor, pidiendo la llave para accionar él la puerta del garaje, reconviniendo a todos para que esperemos a que el semáforo esté verde, pidiendo bajar al parque, a la playa de las rocas… No se trata de una playa con rocas, sino de un malecón que hace que no haya muchas olas y en la que le divierte la aventura de su fantasía, pertrechado con un artilugio de juguete, tratando de pescar. Me pedirá que hagamos castillos de arena, túneles imposibles que se derrumban antes de acabados… La impaciente espera de su abuela está esta mañana en la cocina, hoy no le interesa la playa, sino preparar comida para que cuando lleguen nuestros hijos no tener tiempo que perder y estar en la salsa del contacto y la conversación con los suyos; inquieta por la espera, de vez en cuando se asoma al exterior para no ser sorprendida. Nos esperas días muy grandiosos y haremos todo lo posible para que sean muy dichosos también.
Da gusto leer como disfrutas de las cosas sencillas y maravillosas que te ofrece la vida.
ResponderEliminarEs la recompensa de sembrar con amor.
Un beso para todos.
Me he emocionado mucho leyéndote...será porque en cada letra que imprimes le pones todo el corazón..será porque yo al igual que tú y tu esposa disfruto mucho de estar con mis hijos y mis nietos, agradeciéndole a esta vida que me haya podido dejar disfrutar de tantos momentos bellos...también los no tan buenos ,,,porque es ahora cuando puedo estar satisfecha de que lo que hice no fue en vano y que mis hijos ya están encaminados...se que fallarán a veces..se que por momentos se olvidaran de mi porque tienen sus propio camino a seguir y no es fácil...no es nada fácil tener un hogar, criar a los hijos, pero ahora estamos en el punto que queremos...disfrutando de los nietos..Felicidades por ese nuevo nieto que esta por venir..realmente va a venir a traerte muchas mas alegrías..
ResponderEliminarLo dicho..emocionadísima estoy con tu post...besos
Francisco, que bello es imaginar esa espera, como lo cuentas tan lleno de felicidad y amor contagias mi alma. La llegada de ese nuevo ser que pronto llegara, llenara tu hogar de muchas alegrias, horas de felicidad pasaras a su lado llenado tu vida de recuerdos y momentos inolvidables. Que bello es ser abuelo. Que la espera sea llena de amor amigo. Deseo lo mejor para ti y tu familia. Imagino que la abuela, es la mujer mas feliz del mundo al tener a sus nietos al lado. Francisco, te dejo saludos y un beso, cuidate mucho.
ResponderEliminarNo te veo corriendo por la playa detrás de tu nieto, claro que yo tampoco me veía haciendo la cantidad de chorradas que hago cuando juego con los míos. ¡¡Son tan cariñosos!!
ResponderEliminar¡¡Pues prepárate que vamos para allá!!
ResponderEliminarCarlos.
Pues a disfrutar de la familia, de las comidas y encuentros y sobre todo de los nietos. Acariciando la barriguita de tu nuera estas dandole un mimo a tu futuro nieto o nieta, por que todavia no se sabe ¿no?. La mejor espera, la más impaciente, la más intensa y la más querida, la llegada de nuestros hijos y nietos.
ResponderEliminarQue sigais disfrutando del verano.
Un beso y un fuerte y calido abrazo
Francisco, ¡qué bien vives! A disfrutar.
ResponderEliminarSaludos
El pan de cada día. Que lo disafrutéis. Tienes toda la razón "Cosechamos lo mismo que sembramos"
ResponderEliminarAsí ando yo , con ellos de arriba y abajo aunque sin arena:)
Un abrazo te dejo y que te salgan requetebien los castillos :)
Me ha encantado mucho lo leido en el blog y quiero dar la enhorabuena a su autor. Saludos
ResponderEliminarGracias por vuestros comentarios. La espera mereció la pena y los momentos de gozo de estos días son muchos y continuados. Un fuerte abrazo a todos; también a quienes han leído sin comentar.
ResponderEliminar“Cosechamos lo mismo que sembramos y a muchos se nos olvida cavar y abonar la tierra.”
ResponderEliminarDisiento de este párrafo ya que no siempre se recoge lo que se siembra y no siempre se nos olvida cavar y abonar la tierra porque desgraciadamente hay tierras en las que aunque plantes la mejor semilla, aunque la caves, airees, abones y riegues con frecuencia, esas tierras no son capaces de dar ningún fruto, son tierras que sólo quieren recibir pero que no están dispuestas a dar cosecha alguna.
Por eso te felicito, porque tienes la suerte de estar recibiendo lo que sembraste y te rodeas de familiares y amigos que te corresponden y por supuesto por ese nuevo nieto que pronto llegará a tu casa.
Buen día.
...triste por aquellos que comentas que no han sembrado, ¡Y son tantos! no?
ResponderEliminarEs tan hermoso compartir, esas cosillas sencillas pero enormes en el sentir!
Preciosa descripción de vida, amigo!
Más bendiciones aún y un fuerte abrazo!