Sólo unas imágenes para que sean éstas las que hablen por mí. Un paseo hecho de mármol y granito donde se dan cita todas las lenguas, todos los semblantes; donde grandes edificios se alternan con grandes mansiones, al tiempo que un comercio muy variado y restaurantes que van desde un Dani García y una Marisquería Santiago (se recomienda en ambos usar tarjeta de crédito, a ser posible de oro), a otros más humildes con espléndidas raciones de pescado a 6€ o menús a 9,50€, o quioscos que venden todo tipo de latas frías a euro: para todos los bolsillos.
El vendedor ambulante, a falta de manos, usa la cabeza.
En ese paseo el antiguo alcalde tiró la casa por la ventana.
ResponderEliminarUn abrazo.
Dentro de unos dias yo también pasearé por un paseo al lado del mar, aunque no es de marmol. Siempre hubo clases. Un beso
ResponderEliminarMe encanta ese paseo maritimo, pero ha faltado la foto al elefante del lugar. El alcalde de esa ciudad deberia regalarte una comida en uno de esos restaurantes donde se usa la tarjeta dorada porque tus reseñas en el blog son la mejor propaganda que se puede hacer a tan bella ciudad.
ResponderEliminarUn beso.
Hola Francisco!!! Unas fotos muy adecuadas para describir el paseo marítimo!!!! Me hiciste recordar viejos tiempos!!!! BESITOS Y SALUDITOS DESDE LA OTRA PUNTA DE ESPAÑA.
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