10 agosto 2010

LA DUREZA DEL CAMINO

Imaginas qué pasaría si nos pusiéramos a contar los sueños irrealizados, los proyectos que duermen para siempre en el cajón del olvido, las empresas iniciadas y no concluidas, las ideas que no pasaron de la categoría de ideas sin que en ningún momento hayan tomado forma… Pues de todas esas cosas está hecha nuestra vida: sueños, proyectos, aciertos y fracasos.

Es un error pensar que son los aciertos los que nos han traído hasta aquí, aquellos que después de haber sido planificados han terminado en éxito, porque inclusive el más perfecto de cuantos sueños o proyectos hayamos tenido en nuestra vida se han ido modelando con ligeras o no tan ligeras modificaciones. El éxito suele producir una borrachera que sólo deja resaca; mientras que son los fracasos los que nos dan las lecciones más provechosas.

En cierta ocasión -hace ya algunos años- dije que uno se hace viejo cuando deja de tener proyectos. Que no sean los fracasos los que nos arrinconen en el varadero de ver pasar los días con los brazos caídos, porque esa es la actitud que espera la Pérfida Guadaña para segar la mies. Por tanto, un ejercicio muy recomendable es sopesar los fracasos como licenciatura de la vida y poner ahínco en seguir soñando, proyectando con toda las ilusiones; eso sí, acompasando los pasos a las facultades físicas, que esas son capítulo aparte.

2 comentarios:

  1. Es cierto lo que dices, desgraciadamente los fracasos son los que nos aleccionan y nos hacen madurar, los proyectos nos impulsan a vivir para cumplirlos, pero......¿que pasa cuando tus tareas y proyectos están acabados? ¿que pasa cuando por más que lo intentas no encuentras metas en tu vida? También ahí se aprovecha esa Pérfida Guadaña como tu la llamas, malo amigo, muy malo, hay que tener muchas narices para buscar donde no lo hay
    No, si terminaremos por añorar el trabajo y el reloj para fichar............

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  2. "Uno se hace viejo cuando deja de tener proyectos"
    D. Francisco Espada

    Lo apunto a mi coleccion de citas.

    Un abrazo,
    dIEGO

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