Tiempo de estruendos:
hasta la lluvia ha dejado de
ser
monotonía en los cristales
y se ha hecho sobresalto,
tornado bautizado con nombre
de persona
como epíteto de incógnito
diablo.
Se acabaron los tiempos mansos:
el sutil calabobos o la
lluvia cansina;
ahora nos movemos a la
velocidad del sonido
con aspiraciones a de la de
la luz,
como AVE sin cabeza
hacia un destino incierto,
hacia una estación sin
nombre
y posiblemente sin alma.
Tres elecciones y sin gobierno;
tres,
y el desmadre de cada uno
para su bolsa
nos ha sacado de la curva de
la convivencia
por la fuerza centrífuga de quienes
se esfuman
como adolescente que mata a su
padre
buscando su identidad.
Tiempo de estruendos,
de oscilación entre la
pertinaz sequía
y las inundaciones, de
desalmados
que han perdido el amor a la
madre
y también el norte.
CUANTA ELEGANCIA EN DESTACAR LAS NECEDADES QUE HEMOS PROVOCADO......NO HAY MAS QUE ASUMIRLO.
ResponderEliminarTODOS HEMOS COLABORADO EN MUCHO O POCO.
DOS ABRAZOS, AMIGO...
Como muy bien apuntas, el que se sienta libre que tire la primera piedra. Ha llegado un momento en que la Tierra es incapaz de reabsorber todos los males que le infringimos.
EliminarDos abrazos.
Sí. No son buenos estos tiempos. Y me temo que no hay perspectivas de que mejoren. Una pena.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Pues no veo ese panorama que necesitamos, Cayetano. Van a tener razón quienes afirmaban que son malos tiempos para la lírica.
EliminarUn fuerte abrazo.
El desastre ya lo tenemos encima. Y que luego digan que esto del cambio climático no existe. No existe lo que no queremos ver porque afecta al bolsillo.
ResponderEliminarAbrazos
Efectivamente es así, Isa: no vemos lo que no queremos ver y nos vamos a cargar todo lo que existe.
EliminarAbrazos.
Más que esas lluvias y temporales que llevan nombres de personas me preocupa ese otro "temporal" que también tiene su nombre y además apellido y que puede llevarnos a un desatre total sin que nadie haga nada para evitarlo.Saludos
ResponderEliminarCada uno de nosotros podemos y debemos hacer nuestra parte de responsabilidad reciclando en casa. Ese es el escalçon mínimo.
EliminarUn abrazo.
Más que lluvias con tanto desatino añoro esa que torna el perfume de la tierra mojada. Aunque , sí, corren malos tiempos que se aprovechan en beneficio de no se sabe qué.
ResponderEliminarSalud,
Anna
Nací en el medio rural y allí era todo más sencillo y todo era reutilizable. La vida era cíclica y no existían las basuras: las sobras las comían los animales y el estiércol era el fertilizante para la siguiente cosecha.
EliminarUn abrazo, Anna.
Has refleadode la realidad en nuestro tiempo.
ResponderEliminarGracias, Tracy, ojalá no acabemos de destrozar todo lo existente.
EliminarUn abrazo.