Te reconozco detrás de cada
desaire,
en la contrariedad
como también estás detrás
de una luminosa sonrisa
o cuando tratas de vadear
hasta mi cuerpo
reptando con tu mirada
felina;
tanto en lo inhóspito como
en lo apacible,
en la tormenta y en la
bonanza.
Abre tus brazos y todo tu
ser
sin tibiezas a mi encuentro;
yo voy de frente hacia ti,
ya sabes.
¡Mírame, no pierdas detalles!
Soy la transparencia de un
rayo de sol
en el espejo del agua. Soy
toda la nobleza que he
conseguido aquilatar
y con toda vehemencia te venero.
Te reconozco en todas tus
manifestaciones,
sin desdeñar ninguna de
ellas;
aunque mi obsesión
es el encuentro que ansío
en el que modelarnos en reciprocidad
como un ensamble perfecto.
A veces hasta adivinamos lo que va a decir sin mediar palabra.
ResponderEliminarUn abrazo.
Con el tiempo, no es difícil predecir cómo reaccionará el otro. En la convivencia nos vamos dejando algo de nosotros mismos, Cayetano.
EliminarUn abrazo.
BELLO ESTADO AMOROSO, ATENTO A LOS DETALLES....ES QUE ES AMOR!!!!!.....DOS BESOS...
ResponderEliminarMuchísimas gracias. Me gustaría conocer tu nombre para dirigirme a ti con toda solvencia, pero también me conformo agradeciéndote que me leas y comentes.
EliminarDos abrazos.
Una aspiración sublime la tuya.Saludos
ResponderEliminarEs bueno reconocer a la persona amada en cada una de sus facetas. Mil gracias, Charo.
EliminarUn abrazo.