Un millar, un millón de kilovatios
ilumina la noche invernal de
la ciudad
y la muchedumbre apura las
horas
en el desenfreno de las
compras.
Sí, también anda entre ellos
la Marimorena
portando media docena de
bolsas
y otras tantas ilusiones en
cada compra.
Los peces beben en el río
como cualquier otro día del
año
y los pájaros y las palomas
duermen en las desnudas
copas de la plaza.
Un nutrido grupo sale con aires desenfadados
de un restaurante de moda,
donde las copas han debido
ser caras y copiosas;
en el rincón más oscuro de
la calle,
un asiduo de la intemperie
bebe de un cartón de tetrabrik
y busca acomodo en un
sosiego que no encuentra.
Está lloviznando. Se hace
más visible
el humo de los coches
y también sus prisas.
María está a punto de parir,
─un año más─
pero nos hemos quedado con
las hojas del rábano
y no con el tubérculo.
Las luces de la ciudad, impiden ver las estrellas. Todos van corriendo, pasan por encima de quien no tiene.
ResponderEliminarY más frío el del humano, más que el invierno.
Un gran abrazo, poeta predilecto.
Sin duda que es más extremo y espeluznante el frío humano que el del invierno. Gracias, Sara, por llamarme poeta predilecto, yo también te quiero; pero voy a tener que recomendarte que leas a Joan Margarit, entre otros, para que me bajes de ese pedestal inmerecido. Gracias, mil gracias por tu mucho afecto.
EliminarUn fuerte abrazo.
Que es lo mismo que decir que miramos el dedo cuando debemos de mirar la luna. Es lo de siempre, mientras nos hacen estar felices no pensamos en la realidad que nos rodea.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz navidad.
Nos quedamos con lo festivo y no con el mensaje, Emilio. Para una inmensidad de personas esto no es Navidad sino Saturnalia o Solsticio de invierno.
EliminarUn abrazo.
Nos hemos quedado con el jolgorio no con el sentido primigenio de la festividad. Hoy hablaríamos de la gente sin techo, de los refugiados... Y ya ves el caso que se les hace.
ResponderEliminarUn abrazo.
Por suerte hay bastantes personas que sí se acuerdan de los últimos y hasta hacen por ellos, pero debería ser esta la ocasión más propicia para cambiar el rumbo de las cosas. Dos mil años y no nos hemos enterado de nada.
EliminarUn abrazo.
No sufras....cada año se cuida mas el encima, que la base del día de la Natividad. Es uno de los días en que menos hay gente en la iglesia....tanto de noche, como por la mañana....Predomina el árbol, sobre la representación religiosa, intima y bella, del nacimiento de nuestro DIOS..... Lo has expuesto de manera magistral.....No se yo, si mi amado leridano Joan Margarit lo hubiera dicho mejor.
ResponderEliminarDOS ABRAZOS. AMIGO.!!
La diferencias es notabilísima. Él es un maestro, reconocido con el Premio Nacional, yo un soñador en las redes sociales que no llega a la dignidad de poeta.
EliminarGracias por tu mucho afecto.
Dos abrazos.
Que triste realidad expresas en tu escrito,el nacimiento de Dios se ha convertido en un consumismo exagerado de todo tipo y se ha olvidado lo que es en realidad esta celebración ¡¡¡que pena!!!Saludos y FELIZ NAVIDAD
ResponderEliminarFeliz Navidad, Charo. Gracias por tu comentario una vez más.
EliminarUn abrazo.
Pues si de verdad eres un soñador como le comentas a anónimo, tienes unos sueños muy hermosos.
ResponderEliminarMaría pare cada año y nadie hace caso del mensaje que nos trae el niño y siguen llegando las Navidades para regocijo de los supermercados y los grandes almacenes.
Que las tuyas sean felices
Tal como lo expresas, Julia, un regocijo que nada tiene que ver con el origen de la Navidad. Que pases unos felices días con los tuyos.
EliminarUn abrazo.
Así. 2019 años sin haber aprendido la lección. Un suspenso perpetuo. No para todos, no. Pero si para una gran mayoría. Lo que nos demuestra que ni la mismísima democracia es perfecta.
ResponderEliminarEternos repetidores, Angalu.
EliminarUn abrazo.
Pues sí, es que las hojas del rábano son más fáciles de digerir que el rábano en sí, ¿no te parece?
ResponderEliminarDebe ser eso, Tracy, o que están más accesibles, sin necesidad de escarbar la tierra.
EliminarUn abrazo.
A pesar de tanta desazón, Francisco, te deseo una muy Feliz Navidad.
ResponderEliminarAbrazos.
Igualmente, Rafael. Que el Señor ponga su mano sobre cada uno de vosotros, os bendiga y os colme de amor y felicidad.
EliminarFELIZ NAVIDAD.
Cuántas realidades en un mismo lugar...Francisco. María nos mira y pensará que, ya despertaremos de este sueño que es la vida. Mientras tanto, cada día nos da una nueva oportunidad para mejorar nuestro mundo.
ResponderEliminarMi gratitud y mi abrazo.
En eso mismo confío, María Jesús. Ojalá despertemos pronto.
EliminarUn abrazo muy fuerte.
Gran final para tan acertadas reflexiones. Cariños para estas fechas, hasta que pasen y sigan pasando como los peces del río.
ResponderEliminarPones hermosas imágenes en todos. Muy apropiadas y dulces. Saludos
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