11 diciembre 2019

MAMPARO DE FIRMEZA




¡Ay!, cuántos y cuán dolorosos
han sido nuestros pesares.
Los tuyos, los míos, los nuestros…

Y en el camino de espinos,
los gozos, como luz de otros instantes
que cauterizan las heridas
y abren ante la mirada
un campo de lavanda
como infinitas olas de azules lilas
que se varan al amparo de tu pecho.

En ti, vivaz la esperanza a todo trance
y enseguida la mueca de tu sonrisa
invitando al festín
donde se agolpan los besos
mientras amaina el temporal.

En ti, una y otra vez, recomenzar
tejiendo con hilo de confiada espera
y haciendo del olvido
la goma eficaz contra cada uno
de los borrones y tachaduras.

De tu iluminado volver a empezar,
de tu profundo deseo
de allanar los caminos,
de hacer posible lo maravilloso,
este vivir asido a tu cintura
como mamparo de firmeza.

8 comentarios:

  1. Siempre necesitamos un asidero.
    Un abrazo, Paco.

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    1. Nuestras certezas se reafirman cuando no estamos al pairo, amigo Cayetano.
      Un abrazo.

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  2. Cuando la vida nos sorprende con pesares dolorosos es bueno tener a alguien que nos ayude a superarlo.Saludos

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    1. Sin lugar a dudas, tanto lo bueno como lo no tan bueno se lleva mejor compartiéndolo.
      Un abrazo.

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  3. Es un placer pasar por su blog Saludos

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    1. El placer es mío, José Ramón. Vuelve siempre que quieras y ojalá no te decepcione.
      Un abrazo.

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  4. Amor con esencia de espliego.....dulce Lavanda.........sois un amor los dos....un bello ejemplo.!!!! besos...muchos...ya sabes...

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