10 diciembre 2019

EN EL SECANO DE LOS MONTES




En el secano de los Montes
una casi infinita sábana blanca,
tirando a rosada,
como olas de espuma
que en enero anuncian el fruto;
junto al regato, entre juncos y adelfas,
un grupo de mujeres lavan
y ondean sus ropas impolutas
como manto pulcro de rocío
a ambas orillas de la corriente.

No hay competencia: 
las mismas manos que hoy lavan
serán recolectoras del fruto,
cuando el sol haya herido
con el rigor del estío
y el vareador tire al suelo
las almendras,
muchas de ellas con su piel verdosa agrietada,
ahora un tanto grisácea y mustia.

En el secano de los Montes,
la vida se expresa en todo su blancor.

6 comentarios:

  1. Hay que reconocer que es idílica la imagen poética que nos muestras, pero ya las mujeres no lavan en los regatos de los ríos y no lo hacen, entre muchas causas, porque los ríos vienen cargos de porquería, y en cuanto a la recogida de los frutos, muchas de ellas, te diría que la inmensa mayoría, son inmigrantes, pese a todo, haces recordar unos tiempos pasados que no fueron mejores, pero si que éramos más jóvenes.

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    1. Aunque el hoy es más cercano a lo que tú dices, Emilio, mi intención ha sido hablar de ese otro tiempo donde la mujer, de forma callada, era la verdadera protagonista de un sin fin de tareas y ninguna de lucimiento. Gracias por tu comentario.
      Un abrazo.

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  2. El secano a veces da las flores mejores.
    Un abrazo, Paco.

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    1. Es que lo que es capaz de dar el secano es contra tiempo y marea, Cayetano.
      Un abrazo.

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  3. A pesar del secano la imagen es preciosa.Saludos

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