Pintura de Vladimir Volegov |
Antes de que mis manos
binaran con mimo de
jardinero
el arriate de tu piel,
el aroma de tu fertilidad
era cosecha en mis sentidos
y sed insaciable, era
certeza y desgarro.
Nuestras manos jugaban a
estremecerse
en espera de conjugar el
futuro
y dibujar palabras más allá
de las caricias
con las que sentirnos
adultos.
Luego cambiamos de
calendario
y pusimos en marcha
los proyectos maquinados en
la espera.
Fuimos unidad. Un día fuimos
unidad
y nos multiplicamos dos
veces,
dos hermosas y rotundas veces.
Ahora que somos solera,
y diálogo, y miradas, y
silencios;
ahora que somos más ayer que
mañana,
en el destello de tu mirada
pernocta la razón de mi
existir.
De principio, hasta el presente...Qué bella historia de amor...
ResponderEliminarDos besos..
Muchas gracias por tus comentarios y por la generosidad de no dejar a ella de lado.
EliminarDos besos.
Hola Francisco.
ResponderEliminarGracias por visitarme querido amigo. Nos vemos por el facebook, aunque no siempre te comento pero te leo.
Precioso... "somos miradas y silencios". Es hermoso, gracias por compartir tus letras que nos llenan en alma, como tú me dijiste en el blog. Necesitamos remendarla para continuar y nada mejor que el arte.
Un fuerte abrazo.
Gracias a ti, Luján, y gracias por tus bellas creaciones.
EliminarUn fuerte abrazo.
Eso es aor y lo demás son tonterías.
ResponderEliminarTe agradecí mucho tu comentario en mi blog, creí que yano te acordabas de mí.
Hablando de recuerdos, mañana en el cumple de mi blog ,menciono a nuestra amiga Mari Carmen nazer, que en gloria esté.
Un fuerte abrazo.
No me he olvidado de ti, Tracy, ¿cómo podría? Pero me siento desbordado por el mucho tiempo que me comen las redes sociales, no siempre satisfactorias, y por la ralentización de mi actividad como consecuencia de mi estado físico. No me olvido, no puedo olvidarme de nuestra querida Mari Carmen Nazer, quien me dejó en herencia a su familia para escribirme y estar pendiente los unos de los otros. A ella le debo, a su proceso de enfermedad, todo un libro de poemas, esos que le fui escribiendo día a día acompañando su enfermedad en la distancia; los últimos se los leía su nuera Rossana. Ese pasaje es de los más bellos gestos de mis años en este medio.
EliminarUn fuerte abrazo.
Dando una vuelta por mi blog me percato de esta entrada en el tuyo con fecha de ayer. Se me pasó. En todo caso, sigue vigente. El tema no ha caducado ni prescrito: del enamoramiento primero a compartir muchas cosas en común, mirando en la misma dirección.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Gracias, Cayetano, por tus palabras. Siempre son un estímulo para mí.
EliminarUn abrazo.
De esta bella historia vuestra, siempre me quedo con el sabor del cariño, el respeto y el amor verdadero.
ResponderEliminar¡Suertudos que sois!Todavía os queda un largo camino para transitar con las manos entrelazadas y la complicidad de las miradas.
Muxuak!
;)
Muchas gracias, jubilosa Edurne, por tan bellas palabras.
EliminarUn fuerte abrazo.
Precioso el poema Francisco y los dos últimos versos me han dejado sin palabras.Saludos
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Charo. Que disfrutes de un feliz domingo.
EliminarUn abrazo.
Muy bonito poema que nos muestra toda una vida.
ResponderEliminarEspero que todo vaya bien.
Un abrazo.
Ahora que ella ha pasado por dificultades físicas se me ha hecho más notable la suerte tan enorme que tengo, Rafaela.
EliminarUn abrazo.
Maravilloso, Paco,y felicidades por esa vida en común. Un abrazo
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Felipe, y especialmente por haberlo reproducido en tus medios.
EliminarUn abrazo para ti y para Pilar.
Qué bello poema Francisco, un homenaje mutuo a una vida amorosa plena y feliz. Felicidades junto a los tuyos.
ResponderEliminarAsí es, Rosa María, el gozo del amor de toda la vida. Muchísimas gracias.
EliminarUn abrazo.
¡Qué hermoso poema! y una bella imagen
ResponderEliminarBesos
Celebro que te haya gustado, Julia.
EliminarBesos.
Hola Francisco. Felicidades por esa vida en común y por la familia que habéis creado juntos. Bello poema.
ResponderEliminarAbrazos para ti y para tu esposa.
Buenas noches, Isa, espero que un día tú puedas contarnos algo similar de tu dichosa vida de amor.
EliminarUn abrazo.
Preciosas manos que en común unión construyen la vida, recreándola a cada instante con entrega y amor...!
ResponderEliminarMi abrazo, Francisco.
Mil gracias, María Jesús, por tus amables palabras.
EliminarUn abrazo.