28 noviembre 2010

LA INMORTALIDAD

Nos cuesta aceptar que somos aves de paso, que nuestra vida tiene fecha de caducidad desde el mismo instante del alumbramiento, a pesar del misterioso fin que nos aguarda del que no sabemos ni el día ni la hora. Y sucede que, no pocos pretendemos sobrepasar las lindes que se nos han concedido con la pretensión de inmortalizar o al menos dar notoriedad a nuestra persona.


¿Qué perseguimos cuando colocamos nuestros retratos en estos medios, sino que la ambición de notoriedad por medio de la vinculación entre nuestros escritos y nuestra imagen que nos lleve al reconocimiento? Ya sé que viene siendo casi obligado por la tecnología, pero también es cierto que algunos se parapetan tras un pseudónimo y se proyectan en imágenes que posiblemente requeriría un estudio aparte. Pero nada de esto es novedoso. Como prueba de ello, sirvan estos dos testimonios en los que se vincula la imagen del autor a su obra: el primero en sentido positivo y el segundo con mordacidad satírica.

Una de las cosas –dijo a esta sazón don Quijote- que más debe de dar contento a un hombre virtuoso y eminente es verse, viviendo, andar con buen nombre por las lenguas de las gentes, impreso y en estampa. Dije con buen nombre, porque, siendo al contrario, ninguna muerte se le igualará. (Don Quijote de la Mancha, II, 3)

Por su parte, Luis Barahona de Soto, en su libro La sátira contra la mala poesía, critica a aquellos mediocres que se pavonean con los méritos de los cuales carecen, y acompañan la edición con un retrato egregio:
¿No es, señor, graciosísimo donaire
que por cuatro renglones mal compuestos
se haga un hombre un odre, un papo de aire?
Veréis los otros graves, hechos cestos,
porque al principio de una obrilla suya
cercados pintan de laurel sus gestos.

3 comentarios:

  1. Pues si, tal cual.Debemos aspirar a una especie de inmortalidad. Terrible por una parte por lo que tiene de orgullo pero muy humano en definitiva, por aspirar a que se nos recuerde y por no querer marchar sin dejar sombra. Para pensar largo y tendido. Beso.

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  2. Es que, aunque solamente pretendamos disfrutar escribiendo esos "cuatro renglones mal compuestos", nos "llena de orgullo y satisfacción" el que se nos reconozca algún mérito por pequeño que este sea.
    Por muy a dieta que estés ¿a quién le amarga un dulce?
    Un abrazo

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  3. Quizá los que escribimos bajo un pseudónimo lo que pretendemos es tener una vida paralela. Ya que no podemos prolongarla hacia adelante... vivamos otra distinta.

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