Mi entrañable y admirable amigo y maestro, Quico, hace ya algunos años, me envió el primer tramo de esta curva cartesiana de los difuntos, a la que añadí la correspondiente curvatura complementaria, y que ahora reproduzco en homenaje a sus mayores y los míos.
Pasaré de la opacidad de la vida a la translucidez de la muerte
del ópalo sanguíneo vital al destello dulcemente mortal
sentiré el curvilíneo cobijo segador de la buena suerte
tejiendo el pertinaz invierno del alirrojo zorzal
cederé sin el rumor de mar en voz inerte
asomado los ojos en eco al brocal
anclados mis pies en el brete
sonrojaré dientes de cal
sajaré con el estilete
restos del mal
del cubilete
lanza ya
miente
al ras
sé.
sé
ya ves
siempre
he sabido
del catafalco
que impaciente
me aguarda en vigilia
como vil estilete aciago
como noche de dormir infinito
mientras contemplas mi sangre gélida
remansada en los senos de lo inacabado
néctar ácimo de paladar triste pero previsible
del que hago por escabullirme como pez jabonoso
escamoteando trances y aconteceres de insuficiencia vital
para desovar en la otra orilla estigia fragmentos de mi existencia.
Demasiado fuerte para empezar el día:) Ya se que llegará pero prefiero nopensarlo.
ResponderEliminarUn abrazo
Y cuando llegue el momento, aceptaremos ir a la otra orilla con palabras tan hermosas?
ResponderEliminarUn fuerte y calido abrazo.