07 noviembre 2010

EL DISFRAZ


Todos tenemos un disfraz donde escondernos,
donde orillarnos tras las pinceladas
de una tarde otoñal y evadirnos
camuflados en una pose de lo que no somos.

Todos tenemos al menos la chaqueta lujosa
de las celebraciones en la que parapetarnos
de nuestra débil y a veces mísera desnudez;
por eso tenemos tanta maestría en ensayar
una sonrisa etiquetada y un guiño amable,
aunque, con frecuencia, en el órgano de nuestras tripas
suenen los acordes del miserere de tanta hipocresía.

8 comentarios:

  1. Detesto los disfraces, nunca y lo puedo decir me he disfrazado a lo largo de mi vida.
    Quizás alguna vez he querido se amable sin que lo considerara oportuno pero mi rostro me delata. No es que sea buena por defifinición, tendré como todos mi pecadillos, pero por suerte la vida me abofeteó desde niña, la envidia calvó en mi su espina y gasté más mi tiempo en defenderme que en atacar. Odio la hipocresia y jamás la utilizaría en beneficio propio
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Si, las máscaras son innumerables y superpuestas. Has dado con la llaga mas triste de la sociedad que nos envuelve...Beso

    ResponderEliminar
  3. "Lobo con piel de cordero".
    Pero yo creo que a veces, la máscara es el camino para la supervivencia, no que las personas tienen que ser hipócritas, todavía, hay situaciones que las máscaras son esenciales

    ResponderEliminar
  4. La verdad es como la lluvia, necesaria, pero en exceso solo trae problemas.

    Un fuerte y sincero abrazo

    ResponderEliminar
  5. Los míos procuro dejarlos colgados en el armario, ahí en la oscuridad, en dónde no hagan mal a nadie.

    Trato de ser más humano, de acercarme y ayudar en lo que pueda, de ser correcta, no corrupta, de dar lo más que pueda, intento cada día reencontarme con le fe en mis hermanos....

    Un sincero y cálido abrazo!

    ResponderEliminar
  6. Algunas veces hay que hacer de tripas corazón y poner al mal tiempo buena cara; tampoco es cuestión de ir por la vida con cara de pocos amigos ni dando jabón innecesariamente. Yo prefiero al enfrentamiento o la hipocresía la indiferencia.

    ResponderEliminar
  7. Disfrazarse por fuera, poco importa. Se ve o se adivina siempre. Puede no gustar a los demás, pero se olvida. El disfraz que es pernicioso siempre, no se ve, porque no se guarda en un armario. Es ese que termina ahogando el alma.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estoy de acuerdo, Angalu. ¡Ay, los disfraces!

      Un abrazo nada disfrazado.

      Eliminar