Lo tradicional es acudir a Zafra (Badajoz) a su famosa feria de ganado, pero en mi caso ando en otras lides sociales donde no se compra ni se vende, sino que los tratos son otros: él y ella se van a uncir en matrimonio. No hace tanto que era una niña; alta, hermosa, muy vistosa y bella, tímida en ciertas circunstancias, pero una niña; me han pasado los años como una vela nocturna, como un duermevela en el que no he apreciado cómo se granaba la naturaleza en ella y se hacía mujer.
David y Rocío se prometen y proponen hoy, en la iglesia del Santísimo Cristo del Rosario de Zafra, saltar juntos los obstáculos de la vida con las alas del amor y sobrevolarlos (sic). Ojalá sean modernos sólo para las formas; ojalá sean fieles al juramento al que he sido invitado y vivan juntos las risas y los llantos con los que vienen envueltos los días y los años, como la arena y la cal de la argamasa de la vida.
Por mi parte, vestido con el rigor de los acontecimientos, reflexiono: Extremadura es tierra de bellotas, de cochino negro, de jamón estilizado de muchas jotas. ¡Dios mío! ¿Qué va a pasar hoy con mi dieta?
La veo en peligro amigo Francisco, pero ya dice el refrán que "una vez al año no hace daño". A pasarlo bien y felicita a los novios de mí parte. Un abrazo.
ResponderEliminarLa dieta en un día así hay que olvidarla, la ocasión lo merece, mañana vuelta a empezar, enhorabuena a los contrayentes y que sea para siempre con alegría y un buen saber llevar la vida.
ResponderEliminarY claro, enhorabuena a los papás
Amigo Francisco, la dieta está para saltársela. Zafra es una bonita ciudad para casarse y para otras muchas cosas.Tranquilo que habrán medido su amor y no precisamente con la vara de la plaza chica.
ResponderEliminarEnhorabuena por el acontecimiento.
felicidades para los novios y para esa tierra ermosa y uste ampezar la dieta despues que de ver encuado aque sartala saludos maria
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