Entender la teoría de la relatividad resulta hoy día básico para el mundo que nos ha tocado vivir. Antes, las magnitudes de espacio y tiempo eran como dogmas inamovibles, pero el sabio-loco de Einstein llegó a la conclusión de que todo es relativo, algo que ya dijo con anterioridad Campoamor de forma menos enrevesada y poética :
“En este mundo traidor
nada es verdad ni mentira;
todo es según el color
del cristal con que se mira”
En un pueblo pequeño, donde todo está a mano, el espacio está constreñido mientras el tiempo se dilata: media hora da para bastante, un día para mucho y un año se acerca al infinito. En la ciudad, muy al contrario, el espacio resulta inabarcable y el tiempo encoge tanto que nunca es suficiente: media hora equivale a concertar una cita o esperar un taxis, un día sirve para darnos cuenta que nos hemos perdido el espectáculo de la naturaleza en la aurora y el ocaso por estar acosados de prisas, y un año para incumplir los objetivos y culminar en frustración, si acaso no podemos alejarnos siquiera unos días de ella para perdernos en la sierra o tostarnos en la playa.
Relativas son las distancias cuando se recorren a pie, en bici o en el AVE, y relativa es la ciencia que puedes encontrar en mis explicaciones.
¡Todo es relativo!
¡Oh,Fancisco!¡Que manera clara y precisa de explficar la relatividad! Con palabras simples, clarificadoras,superando a Enstein y acercándote a Campoamor,nos dictaste una reflexión alecionadora que entenderá todo el mundo,sin romperse la cabeza. ¡Muy, pero muy bueno!
ResponderEliminarMe ha gustado poner a Campoamor y Einstein en un mismo plano, ambos juntos nos hacen ver las cosas claras,tanto en el corazón como en el cerebro.
ResponderEliminar