El silencio es el más acompasado de los acordes y el más melódico cuando lo que se tiene que decir sólo son dardos envenenados por la envidia, la malicia o la inquina. Por todo ello, para hablar y no decir, calla; para decir inexactitudes, documéntate; para documentarte, busca en más de una fuente; para beber de las fuentes, cerciórate de que lo que necesites no sea abrevar tus maldades. Si hablas de ti, imagínate en confesión; si no quieres confesarte, elude hablar de ti y de tus impudicias; si eludes, no mientas; si mientes, que sean piadosas las mentiras con las que tapes al otro; para las tuyas, basta con que calles.
Es verdad,la mayoría de las veces estamos más guapos callados.
ResponderEliminarGracias por tu visita a mi blog. He venido a devolverte la visita y te enlazo. Me han gustado tus palabras. La gente habla muchas veces porque tiene boca.
ResponderEliminarY la envidia es mala consejera y hace daño. Yo soy de la opinión que si puedo decir algo bueno lo digo y si no simplemente callo.
Un saludo.
Me quedo con "no abrevar maldades"... Saludos
ResponderEliminarAsí sea...
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