¿Quién es esta que se asoma como el alba?
(Ct 6, 10)
Puestos a soñar,
mi animal predilecto de
compañía
no es un loro ni una cacatúa
que me repita musicalmente
tu nombre;
tampoco una gata lanuda y
cardada
de enamorado ronroneo
que me recuerde tu tacto
suave,
ni una perrita Luna
de suaves ojos de miel,
rendidos de amor
que se asoma como el alba
con su rabo en menguante,
tan fiel como lo es tu
recuerdo.
¡Ya sé!
¡Quiero un Pegaso!
¿Imaginas? Dos poderosas
alas
con las que planear
sobre valles y collados,
sobre cimas prohibitivas
y simas recónditas
donde el sufrimiento te
deletrea
en los momentos oscuros.
Y adentrarme en los limos
que ensombrecen tu sonrisa
de luz.
Subir hasta el Olimpo de las
letras,
allá donde tu nombre
está estofado en oro de Ofir,
en versos transitivos y
comunicantes
que llevan al deshielo.
Un caballo de dioses
que me acerque hasta ti
en los momentos de denso
vacío.
Con el título bastaría, está lleno de nostalgia.
ResponderEliminarSe trata de una nostalgia en futuro, luego una suposición. A los poetas no se les debe hacer mucho caso porque tienen poco de cuerdos o que se acostumbraron a nadar río arriba. Ja, ja, ja...
EliminarBesos.
Del pájaro, las alas para remontarte y volar; del caballo, la nobleza y la fortaleza. No es mala elección.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Todos los animales tienen su aquel, pero un caballo y con alas es... mítico. ¿Qué más se puede pedir?
EliminarUn abrazo.
Sueños bellos, que espero se cumplan, y ese caballo de los Dioses te acerque donde tú quiereas llegar, en esos momentos de denso vacío.
ResponderEliminarProfundo y hermoso este poema, gracias Francisco.
Un abrazo.
Ambar
Ciertamente, Ambar, hay algo oscuro y profundo en el poema, un sentimiento que se opone al destino.
EliminarUn abrazo.
Uno que ya no vuela nada y sueños ya tengo pocos, me has recordado a Pegaso, pero no el alado, el otro Pegaso, el de ruedas, unos camiones que ya no existen, el último salió de la fábrica en el 1995, ¡¡que tiempos!!
ResponderEliminarUn abrazo.
No dejes de soñar, Emilio. Uno se siente mayor cuando deja de soñar, así que hay que seguir por siempre con proyectos ilusionantes. No sabía la fecha en la que dejaron de fabricar esos camiones, pero hubo un tiempo en el que fueron amos de las carreteras.
EliminarUn abrazo.
Mi animal predilecto de compañía desde niña ha sido siempre el gato pero si estamos dispuestos a soñar tengo que coincidir contigo que en que la elección mejor es ese Pegaso, con él puedes cruzar el espacio de un punto a otro sintiendo la libertad plena y estando en pocos momentos cerca de las peronas que están alejadas.
ResponderEliminarBesos
Tú no estás nunca alejada, siempre sabes sintonizar con el dial de lo que digo, y te lo agradezco mucho.
EliminarBesos.
Otra maravilla.
ResponderEliminar¡Felicidades!
Mil gracias, Maite.
EliminarBesos.