COMBARRO

Ya contaba hace unos días cómo el Concello de Poio es extenso a lo largo de la ría de Pontevedra y abarca distintos centros de población. Uno de ellos es Combarro, nombre para mí muy asociado al marisco, aunque no se destaca precisamente por ser lo que se dice un porto, sino más bien un peirao en una de las poblaciones más típicas de la galleguidad popular. Se extiende Combarro lamiendo la orilla derecha de la ría en un par de calles: una que bordea la orilla del agua y la otra que forma con ésta como una especie de “Y” mientras serpentea por escalinatas de piedras que ahora suben y luego bajan.

En Combarro se dan las tres construcciones características de la Galicia ancestral: casas con muros y balconadas de piedra de granito, en este caso mariñeiras, cruceiros por doquier y hórreos que posiblemente en más de una ocasión ya no cumplen la función campesina para la que fueron construidos. Cada uno de estos elementos tiene su función específica, si bien los hórreos sospecho que no todos son utilizados para el fin que fueron creados. Las casas muestran una solidez indudable y un confort imaginado tras sus muros que les preserva de la humedad reinante, de las aguas y los vientos.

Los cruceiros son elementos de religiosidad popular, no específico de Combarro sino de toda Galicia. En cada encrucijada, en cada revuelta una cruz de piedra: base en grada o pedestal, un fuste cilíndrico o cuadrangular que termina en un pequeño capitel, a veces con querubines alados y volutas, y éste coronado por una cruz con Cristo y a veces la Virgen por la cara que mira al mar; algunos llevan también representaciones bíblicas. Los hay que poseen en el primer tercio del fuste un pousadoiro o reposadero que se utiliza para descanso de los que portan un féretro o como pequeño altar con funciones ornamentales en la procesión del Corpus.

El hórreo es una construcción típica de la región galaico astur a modo de secadero del grano, con el objetivo de orear y aislarlo de la humedad así como de los insectos, roedores y pájaros. Aunque el grano primordialmente almacenado es el maíz, también sirve de secadero y granero de otras especies. El objetivo es aislarlo del suelo, exponerlo al oreo y salvaguardarlo de pájaros, hormigas y ratones.

Algunas aclaraciones sobre estas denominaciones:

• Adornos: los hay en forma de cruz, para acogerse a la gracia de Dios, y otro toncocónico en el otro extremo, símbolo pagano, para contentar a Dios y al diablo.
• Pasaventos: el enrejado por el que entra el aire.
• Tornarratos: piedra con forma cilíndrica que impide que los roedores puedan seguir escalando hacia el granero.
• Tornaformigas: pequeña hendidura en torno a la base, rellena de agua, para impedir el acceso de las hormigas.

Días después volvimos a Combarro, pero esta vez acompañado de nuestro amigo Marcial y esposa para ser agasajados en uno de esos atractivos restaurantes sobre las mismas aguas de la ría, pero eso merece capítulo aparte.