Era menuda y frágil, pero sus ojos irradiaban un encanto especial como no es fácil encontrarlo. Toda ella desprendía como una luz átona; era un fenómeno extraño, pues en su sonrisa había algo contagioso y distinto a todo lo conocido, una especie de embrujo envolvente que atraía con una fuerza inusitada. Quedé absorto ante tanta belleza y hasta perdí la noción temporal y espacial; no sé si transcurrieron horas o segundos, lo cierto es que me quedé preso en su mirada de miel y no puede seguir mi camino. No sabría describir cómo iba vestida, ya que sólo sobrepasé las lindes de su boca hasta su cuello. Juraría que era una virgen que el Omnipotente me había puesto a mi paso. Desorientado, debí pisar mal y di de bruces en el suelo; el paraguas por un lado, el portafolios por otro; la tapa del móvil se había desprendido de su alojamiento con el golpe y las llaves hicieron un son de acompañamiento al calabazazo que di contra la acera en la zona occipital izquierda. No llegué a perder el conocimiento pero estuve aturdido durante no sé cuánto tiempo. Ella se había echado al suelo y me había recostado en su regazo, al tiempo que taponaba la herida con su pañuelo. Sus manos eran tibias y sus cuidos eran ágiles caricias. Cuando abrí los ojos me recibió con una sonrisa blanca entre dinteles y jambas sonrosadas. Me mandó silencio con su dedo índice sobre mis labios y desde entonces tengo su tacto como no sabe apresarlo un primer beso. De inmediato, el bullicio de una sirena vociferante; al punto me atendían los diligentes sanitarios del 061. Ella se había evaporado como estalla sutilmente una pompa de jabón. Desde entonces vive en el rescoldo de mi memoria y mis ojos no dejan de buscarla entre la muchedumbre.
Quizás algún día, cuando menos esperes, vuelvas a reencontrarte con ella y esta vez quizás, también quizás, no vuelva a evaporarse. Un abrazo
ResponderEliminarFrancisco, éste tipo de posteos son los que mejor te quedan. Tenés una dulzura muy especial para relatar estas cosas. Tomalo como un pedido especial para escribir muchos más
ResponderEliminarbesos
Francisco, me encanta la combinación de lo místico con la dura realidad (el portafolios y el paraguas..la ambulancia..). Tienes un gran manejo del vocabulario y la técnica de sorprender al lector. Espero que esa bella dama quede como un dulce recuerdo, no hay apuro para volver a encontrártela!
ResponderEliminarGracias por esta buena lectura. Abrazos desde Buenos Aires.
Fantasía o realidad, cualquier tema es bueno en manos de un buen autor.
ResponderEliminarUn beso.
Es lo que nos pasa a muchos, embelesados en pensamientos o vistas nos la pegamos.
ResponderEliminar¡Cuantas pompas de jabón pueden pasar por nuestras vidas que nos hacen despertar cuando estallan!
Espero sea fantasía y no te hayas hecho daño en realidad.
Abrazos y feliz semana para ambos.
Una pompa de jabón flotando en el espacio. Una hermosa mujer, tal vez samaritana, acariciando tus males. Qué hermoso contemplar esta bella imagen desde tu propia fantasía. Maravilloso, Francisco, te felicito. Un abrazo.
ResponderEliminarTiene usted una forma de narrar tan cercana que resulta dificil distinguir a veces cuándo se trata de ficción y cuándo de sus memorias. Enhorabuena, monsieur.
ResponderEliminarFeliz comienzo de semana
Bisous
No era una persona, era un ángel que bajó por si hacía falta.
ResponderEliminarUn saludo.
Nunca puede explicarse el autor como en el texto, pero os debo una explicación. Hemos pasado el fin de semana fuera y he desatendido vuestros blogs durante estos días: ahora trataré de ponerme al día, aunque el atraso es cuantioso.
ResponderEliminarComo apunta Cayetano, era un ángel, una criatura imaginada que se elevó ingrávida desde el teclado más allá de la pantalla hasta desvanecerse. Tomo nota del "pedido" de Laura y os agradezco a todos vuestra ternura conmigo. Un fuerte abrazo.
Hay veces que parece que existen ángeles que nos protegen y nos cuidan cuando más lo necesitamos.. Me pregunto si lo que narra fue real o es fruto de tu imaginación, porque lo haces como si fuera un realismo mágico, y eso me gusta. Buena semana, Francisco.
ResponderEliminarPues yo deseo que de criatura imaginaria pase a ser un ángel que siempre te acompañe, te proteja y te inspire tan hermosas letras.
ResponderEliminarEsta semana no voy a estar tan activa en los comentarios, tu ya sabes donde voy a estar o ya lo has olvidado?.
Un beso y un fuerte y calido abrazo
Una virgen,un hada, una aparición en cualquier caso que fue sanadora de tu herida y dejó tu alma prendida a su recuerdo.
ResponderEliminarNo sé si está basado en la realidad,pero es precioso o debió serlo.
Besos.
Quien puede ver un ángel no se le olvida jamás.
ResponderEliminarBss
A veces, tenemos suerte al encontrarnos con seres mágicos que llenos de bondad, se apiadan de nosotros. Ella te ayudó y consoló en los primeros cuidados de tus heridas físicas y tu agradecimiento queda aquí, para si un día ella, quisiera volver y leer...
ResponderEliminarBesos
es que los ángeles existen...en mil forma y colores...
ResponderEliminar¿Sería la personificación de Afrodita? ¿O quizás esa mujer ideal que vive en tus sueños?
ResponderEliminarSaludos
Lo que puede hacer una pompa... Describes y fantaseas de una manera tan bonita que sabe a poco tu entrada.
ResponderEliminarUn montón de besos
Antes de los paramédicos la gracia de esa figura estuvo con el protagonista, la gracia de unos dedos y una sonrisa hicieron un fugaz edén para mejor llevar la vida.
ResponderEliminarFelicitaciones.
Un abrazo.