13 agosto 2015

CANCIÓN ASOLEADA



Hundo en el césped mi pie
y en cuanto que lo levanto
la huella se olvida de él.

Piso con fuerza en la arena
y el rebalaje retine
por un buen rato la pena.

El ciprés eleva al cielo
una oración dolorida
y dos lágrimas de hielo.

Gaviota que navegas
sobre las aguas del mar,
dime a la hora que llegas.

En los silbidos del viento,
endechas de enamorados:
cúmulos de sentimiento.

El viento se mide en nudos
y el amor cuenta los besos
con largos silencios mudos.

Yo le pregunté al aire
y el aire me respondió
con un airado desaire.

4 comentarios:

  1. Te quedaron muy bien rimados estos versos, rítmicos y agradables... apenas para una tarde de verano.

    Abrazos.

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  2. Francisco gracias por compartir tu sentir de alma
    en esta bella y emotiva poesía.
    Hay amores que matan al amor
    y otros viven en los corazones
    dando mucho amor.
    Besos y feliz verano.
    MA.
    El blog de MA.

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  3. Una verdadera canción, llena de sol. ¡me encantó !
    Apapachos.

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  4. Muy logrado ese final con el "airado desaire".
    Un saludo.

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