26 agosto 2015

PLAZA DE LA VICTORIA



Pastoreo vientos que prometen
acabar en turbulencias y que,
en todo caso, me resultan estímulos.

Rumor de agua. Agitación turística.
Una fuente deletrea frente a mí
rumor constante de un surtidor
con mínimo caudal,  como una fuga
escasa, cantarina y monótona.
Ocupando la plaza en totalidad,
el bullicio en torno a cafés y veladores,
máquinas de zumo y olor
a fritanga de churro al atardecer,
clientes que arrastran sillas
y agrupan mesas que chirrían…

La vida transcurre en paralelo
mientras pastoreo vientos,
brisa cálida que invita a aplanarse
en aires de nostalgia
tomadas al azar en la corriente
incesante de la memoria;
en este mismo lugar, en la lejana infancia,
la Imprenta Rivera y el aroma
a libros de texto, papel Guarro  A3,
tinta china, tiralíneas, compás y bigotera;
el mercado central y el jadeante
pulso de las amas de casa.

Pastoreo vientos que me reportan
viejos recuerdos imperecederos
de la Marbella de siempre y eterna.

4 comentarios:

  1. Mis recuerdos de Plaza de la Victoria los tengo en Málaga y son reforzados cuando miro las fotos de hace más de 30 años paseando por ella y con mi hija mayor de la mano, aquello ya no es lo mismo, pero en mi interior, como tu dices, es eterna.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, Emilio. Este poema está escrito en ese mismo lugar en directo. Me senté a descansar mientras mi mujer entraba a una de las tiendas de recuerdos pensando en los nietos y la infancia vino al rescate.

      Un abrazo.

      Eliminar
  2. Francisco, me gusta cómo te sientas a la orilla de la vida para guardar en la palabra todo lo que se mueve y evoluciona...Unes el pasado y el presente y logras eternizar el sentimiento, mientras pastoreas los vientos de la vida.
    Mi felicitación y mi abrazo de luz por tu amor a las letras.
    M.Jesús

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cada comentario tuyo es un impulso nuevo, un viento a favor de esta vela de letras que pongo al viento. Con sólo tu lectura ya se paga sobredimensionado mi esfuerzo. Gracias, muchas gracias por toda tu ternura.

      Besos.

      Eliminar