01 marzo 2012

CON SU ECHARPE DE TISÚ


La mañana amanece con su echarpe de tisú, ese que le suele tomar prestado al río cuando se despereza antes de incorporarse y camina con pasos taimados, casi indolentes, como filtrándose por entre los entredoses y los visillos, por los frisos, los zócalos y las azulejerías, relamiendo los talles de quienes aguardan en la parada del autobús, siendo vuelo en las faldas que se estremecen al contacto, entornando los ojos como quien busca el enfoque imposible, embornándose en las copas de los árboles, en los aligustres y por entre los parterres y los bancos desiertos del parque. Por las calles, sombras desdibujadas que se afanan con más o menos desgana ante la contrariedad del día avieso. Silencio; una mañana así es un silencio nocturno prolongado en una prórroga para la que no hizo falta pedir venia alguna, sino un dejarse llevar perezoso que alarga la noche en horas que suelen ser radiantes en los días cotidianos. Atrás han quedado los bostezos de una madrugada que quiso ser infinita, que se expandió tras la media noche en vigilia ilusionada, pero que sintió el tajo de un desapego que aterrizó en desencuentro y ha dejado la opacidad de esta cortina casi opaca con la que se desentumecen las primeras horas del día. La mañana amanece con su luz en demora, pero mañanitas de niebla, tardes de paseo.

21 comentarios:

  1. Y si bonita está la ciudad vestida de nube al amanecer, más bonita está en esas horas vespertinas de paseo.

    Un abrazo Francisco.

    ResponderEliminar
  2. Hola, Francisco:

    Se siente el intenso frío al mirar la imagen e ir leyendo tu post. Entonces, dan ganas de cobijarse con ese bonito chal de hilos plateados.

    Por aquí en mi fría ciudad, casi todas las mañanas son así.

    Abrazos.

    ResponderEliminar
  3. Un texto muy bueno. Felicidades. Mi cordial saludo

    ResponderEliminar
  4. Por aqui en los Estados Unidos todavia estamos en febrero. Las mannanas en silencio, Francisco, son una divinidad. Me encanto su escrito. Saludos.

    ResponderEliminar
  5. Precioso letargo...
    "...Atrás han quedado los bostezos de una madrugada que quiso ser infinita...."
    Mucha razón...a veces la noche tiene el deseo de mantenerse atada al día y lo envuelve en caricias para no terminar de irse...a veces se aferra a una despedida eterna para no desaparecer...y los humanos a veces la imitamos....
    Buenas noches desde mi noche....bss

    ResponderEliminar
  6. Hola Francisco, que belleza de imagen, y que hermoso paseo por tus letras. Besos, cuidate amigo.

    ResponderEliminar
  7. Que bonito lo cuentas, pero lo que yo recuerdo de mi estancia durante 1 año en Sevilla, era la humedad, y el manto de contaminación cuando la lluvia o el aire no la disolvía.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  8. A eso le llaman los "enterados" del tiempo inversión térmica; o sea, que luego el día "levanta" y hace un sol espléndido.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  9. Ummm esos dias que echas de menos la luz.. y cuando la luz llega.. te sientes tan, pero tan bien..

    un besazo

    ResponderEliminar
  10. Espero que la tarde que vino tras esa madrugada haya sido de calma, felicidad y de gratos paseos.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  11. Lo pinta usted tan bello que apetece quedarse envueltos en la niebla para siempre. Un echarpe muy favorecedor, monsieur.

    Feliz día

    Bisous

    ResponderEliminar
  12. Yo también me dejo llevar por tus letras cada vez que entro en tu blog y leyéndote me dan ganas de irme otra vez a Sevilla . Un abrazo

    ResponderEliminar
  13. El refrán que comentas también se dice en mi tierra, aunque aquí, encaramados a la montaña, es raro ver la ciudad inundada por la niebla. En Salamanca viven, en cambio, perennemente envueltos en ella durante el invierno.
    Saludos

    ResponderEliminar
  14. Me ha encantado! Tus palabras son como pinceladas en un cuadro , donde no hay que añadir nada más , tan sólo admirar!

    Un Abrazo.

    ResponderEliminar
  15. ayer por la mañana tuve que tomar la autopista y el día estaba casi como lo describís, húmedo con esa neblina propia de los días de lluvia especialmente a esas horas. Como no era yo quien manejaba iba abstraida en esa especie de fotografía y no alcanzaba a darme cuenta porqué veía todo tan brillante, tan hermosamente brillante.

    Tonta, es que estamos en verano, ése era el brillo. No provenía ni de la hora del día ni del día de lluvia, era del verde de los árboles y de las flores de sus copas. Hermoso verano que los pone así brillantes en un día lluvioso con echarpe de tisú

    besos Francisco

    ResponderEliminar
  16. Hola!!! La foto preciosaaaaaaaaaaa!!!! y la forma de describirla hace que casi sienta la niebla aunque por aquí sol radiante (bueno, ahora no que es de noche)!!! Espero que llueva pronto!!! Besos cariñosos desde aquí!!!!

    ResponderEliminar
  17. Preciosa ciudad con o sin niebla.
    Disfrútala en tu nombre y en el de los que estamos enamorados de ella.
    Besos

    ResponderEliminar
  18. Hola Francisco...me encantó la descriptiva de tu prosa...casi pude sentirme envuelta en la niebla...me encantó y te felicito con un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  19. Hermoso y delicado relato que ha contrubuido a que ahora me sienta mejor.

    Gracias por deleitarnos con tan bellas letras

    ResponderEliminar
  20. Qué pòética descripción, maravillosa al igual que la foto. Saludos.

    ResponderEliminar