31 enero 2012

GENEROSA GENEROSIDAD

Cuentan que era un año de una sequía extraordinaria. Por tercer año consecutivo apenas si había llovido y en aquella ocasión pasó la estación de las lluvias sin que cayera una sola gota. Balaba por el prado con desesperación un cordero, algo famélico, sin encontrar una brizna de hierba. Le salió al paso un ser extraño. Iba tañendo una lira, tocado con un sombrero de ocho puntas, calzas color cuero hasta las rodillas y un jubón verde. ¿Qué te sucede, corderito? Tengo a mi madre tan mayor y enferma que no puede salir a pastar; por mi parte, no he conseguido ni siquiera un bocado en todo el día andando de acá para allá. Toma estas cinco varitas, pero cuida de no perderlas, pues son mágicas. Nada más recibir las varitas desapareció aquel ser extraño como por hechizo, lo que le hizo albergar esperanzas de que realmente fueran varitas mágicas. Tenía tan hambre que estuvo tentado a comerse una de ellas, pero se contuvo hasta llevárselas a su mamá. De camino hacia el viejo y desolado aprisco, se encontró un asno con tanta hambre que no podía ni siquiera rebuznar y le entregó ganas de comerse una de las varitas. Más adelante fue encontrando otros animales a los que, viendo el estado tan desesperado que padecían, les fue entregando a cada uno una de las varitas, de forma que al llegar junto a la madre sólo le quedaba una y la compartió con ella. En cuanto terminaron madre e hija de mordisquearla, aun rumiándola, comenzó a llover con intensidad al tiempo que caía la noche. Por la mañana, al despertar, todo alrededor era de un verdor exuberante y con un penetrarte aroma a hierba fresca. Aquel ser extraño no hacía milagros, pero conocía los mecanismos multiplicadores del compartir.


Anteayer me hacía eco de la fría estadística del paro en nuestro país y hoy me pide el cuerpo hablar de la generosidad de las personas. Doy testimonio que en estos tiempos de crisis agudizada se han incrementado los ingresos de forma extraordinaria en las instituciones de caridad. ¿Saben ustedes por qué? Porque mucha gente es solidaria con los padecimientos ajenos. Los periódicos y los telediarios sólo hablan de desastres, de los más ruidosos de la sociedad, pero hay mucha gente buena de la que no se suele hablar en los medios.

16 comentarios:

  1. Menos mal que es así, pero pronto no quedará gente suficiente para poder dar a quien lo necesita. Todo el mundo va pasando al otro bando, y no gota a gota, sino chorro a chorro.

    Buenas noches

    Bisous

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  2. Que aleccionador Cuento, preciosísimo. Compartir y agradecer, el antónimo de la guerra. Amigo mío, cuantas lunas!, es un placer venir por acá y disfrutar de este blog.
    Mis besos!

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  3. Hola Francisco...me ha resultado fascinante tu parábola...ciertamente Dios ama al dador alegre y siempre desata su bendición sobre aquellos que comparten, no lo que les sobra, sino lo único que tienen. Y el gesto solidario de esas personas que están tendiendo su mano a los que están atravesando una adversidad, Dios sabrá recompensarlo.
    Recibe un fuerte abrazo. QDTB.

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  4. Hace unos días un blogero se pregunta como esto no estalla con 5'2 millones de parados, pues esta es una de las razones, siempre me he preguntado e incluso lo hemos debatido a cierto nivel universitario, si esto es bueno para resolver los problemas de un país, o sería necesario que la gente fuera generosa y solidaria cambiando los sistemas político-económicos que nos dirigen.

    Saludos

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  5. Algunos comparten lo que tienen: dinero, trabajo, voluntad... Pero son tan pocos, se necesitan tantos brazos, tantos duros, tantas fuerzas de voluntad... Hay que concienciar mucho mucho más. Gracias por acordarte de los necesitados y de los voluntarios solidarios. Feliz martes.

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  6. Un relato precioso que nos debe hacer reflexionar.
    Yo tengo esperanza en el hombre, al fin y al cabo sólo nos tenemos los unos a los otros.

    Un abrazo Fco.

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  7. Totalmente de acuerdo con usted, Esto me hace pensar que todavia hay esperanza para un mundo mejor, Gracias por compartir, Una verdadero placer seguirte. besos desde Puerto Rico

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  8. La bondad no vende, vende el miedo, el morbo, la desgracia ajena. Lo malo es lo que hace ruido, pero como tú dices ,hay mucha gente estupenda que merece la pena y que piensa en los demás.
    Un saludo.

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  9. Es un alivio saber que estas instituciones han incrementado las donaciones que perciben, pero serían necesarias muchísimas más.
    Un abrazo desde mi mejana

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  10. Es maravilloso el saber que aún queda mucho de humanidad en las buenas gentes que habitamos este planeta... sería mágico que la comida, la sanidad o la enseñanza se pudiese multiplicar en los lugares donde más se necesita.

    Un abrazo

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  11. Y yo lo confirmo, tengo muchos amigos y amigas que dan su tiempo y su dinero para ayudar a los más necesitados. Familias enteras son acogidas por estas "instituciones" que no locales sino personas con nombre y apellidos que las atienden. Es en día a día en dónde se nota este trabajo callado de cientos de voluntarios anónimos que no son noticia.
    Bss

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  12. ES CIERTO, AMIGO, EXISTE GENTE ANONIMA Y SOLIDARIA.
    MI FAMILIA ES UNA DE ELLAS Y TODOS HEMOS CRECIDO CON ESA MENTALIDAD, LO QUE OCURRE ES QUE HAY OTRA GENTE QUE NO LO VALORA Y SE APROVECHA DE LA GENEROSIDAD Y DE LA ENTREGA.

    BESITOS

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  13. A veces los tiempos de crisis agudizan el ingenio y hacen que la generosidad se extienda. Un ejemplo es la película ¡Qué bello es vivir! que tanto nos entusiasma aunque la veamos veinte veces. Y los ejemplos se multiplican en la calle.
    Saludos

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  14. todo lo que va, vuelve. Lo tengo más que comprobado

    besos

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  15. También pasa por aquí, a tal punto que ya no miro noticieros pues los usan para competir con lo más truculento y no para informar.
    En contraposición a las malas noticias, los comedores populares, las organizaciones particulares y algunos comerciantes y artistas, colaboran con hospitales y con barrios marginales.
    Lo demás es puro bla,bla,bla...

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  16. Y es de la que hay que hablar, porque existen y están y deberían darse o darles a conocer para poder agradecer y abrazar.

    una abrazo Francisco y esposa.

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