A Mirentxu con todo cariño
Tras una minuciosa comprobación del forense, el juez procedió a firmar el levantamiento del cadáver. Nadie diría que Marce había sido una chica alegre, jovial, dinámica, locuaz… Siempre tuvo muy claro lo que quería ser de mayor, pero a veces el destino te cierra puertas que te obligan a tomar otros caminos. No fue brillante, pero pudo sacar sus estudios sin demasiados tropiezos hasta alcanzar su título de azafata. Se presentó para Iberia, pero le recomendaron que perfeccionara su inglés si quería optar al puesto más adelante: “aún eres joven —le dijeron tras darle la vuelta al documento de identidad—, todavía tienes por delante varias convocatorias”. Se marchó a Inglaterra como Au-pair y al año siguiente logro su meta y comenzó haciendo vuelos nacionales.
Su padre era un hombre rudo, de malos modos y pocas palabras, de quien sólo había oído reproches. Marce solía comentar con amargura que nunca había oído a su padre decirle que la quería. Nunca había aceptado que su hija le preguntara por su madre, quien se había suicidado siendo ella muy pequeña y se lo había ocultado. Marce no tenía ningún recuerdo de su madre, ninguna emoción con la que idealizarla; sólo una cadenita de oro con una medalla de la Virgen de la Merced que un buen día encontró hurgando en la alcoba de su padre. Su muerte seguía siendo para ella un misterio y ni su padre ni sus tías les habló jamás de ella.
Marce era una chica muy despierta y extrovertida y pronto consiguió hacer vuelos transoceánicos, lo que implicaba pasar días fuera de casa. Había tenido un noviete con el que rompió pronto sin haber encontrado el amor. En su mente se había forjado la idea de alguien más maduro que supliera al padre que verdaderamente nunca había tenido. El comandante Ramírez le doblaba la edad. Era un hombre atractivo, con don de palabras y de gente. Toda la tripulación compartía el mismo hotel. Una noche, tras la cena, estuvieron tomando una copa, unos bailes y sin saber cómo Marce compartía sus sábanas con el comandante Ramírez. Para ella era el canon del hombre: elegante, cordial, cariñoso, viril, apasionado… reunía los valores que había idealizado como síntesis de padre y marido. Ambos pasaban muchas noches juntos; él llegó a prometerle que se separaría de su esposa, pero es algo que nunca llegó. Lo que sí llegó fue un destino diferente y un alejamiento profesional del comandante Ramírez. La decepción le llegó a Marce cuando, al reclamar, supo que había sido el comandante quien había solicitado que la relevaran.
Perdió el control y el dominio sobre sí misma entregándose a los primeros brazos maduros que la rodearan con aparente cariño. Buscaba al padre-esposo que nuca tuvo y se fue dejando la vida y la juventud por camas extrañas que antes o después terminaban por dejarla a ella. La joven Marce ya no estaba tan lozana; la bebida y los coqueteos con sustancias prohibidas le iban minando su personalidad y sus ansias de vivir. Aquella gélida mañana de enero la encontraron en la acera de Vía Augusta, casi esquina con la Diagonal. Los servicios médicos no pudieron hacer nada, ella misma había puesto fin a su calvario, como siguiendo al dictado del fiero enemigo que la habitaba y no le había permitido conocer la felicidad.
Que triste una vida que se pierde, que se marchita así, teniéndolo todo aparentemente. Y todo por la falta de cariño, por esa ansiedad del amor que le faltaba en la niñez y en la madurez. La vida, desgraciadamente, esta compuesta de muchas historias así. Gran sábado para tí, Francisco. Saludos.
ResponderEliminarQué historia tan triste, pero qué real en muchos casos!
ResponderEliminarUna verdadera lástima que la falta de ese cariño que todos necesitamos en nuestra infancia y en todas las etapas de nuestra vida, arrastre por los senderos más oscuros...
Un abrazote!
;)
Terrible ese afán autodestructivo por el que nos castigamos por una carencia en lugar de recompensarnos. Los seres humanos somos complejos, monsieur.
ResponderEliminarFeliz fin de semana
Bisous
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarSon demasiados los demonios que nos habitan. Uno nunca se puede imaginar la lucha encarnizada que puede estar llevando esa persona que vemos todos los días y que aparentemente lo tiene todo, hasta que es demasiado tarde . Me ha gustado mucho tu relato. Un abrazo fuerte.
ResponderEliminarHay muchas Merces por el mundo y esto es triste. Pero tampoco sería justo echar toda la culpa al padre. Cada uno es libre de elegir y hacerse cargo de su vida aunque como dices "a veces el destino te cierra puertas que te obligan a tomar otros caminos".
ResponderEliminarEsto es cierto pero aún así es difícil dejar de ser uno mismo y se le restaría mérido al esfuerzo y trabajo personales.
Bss
Triste historia. Lo tenía todo menos un cierto sentido común para superar la desafección del padre y sobre todo a la hora de elegir las opciones que se le presentaron en su vida.
ResponderEliminarUn abrazo desde mi mejana
Aunque no suelo dar claves, hoy me apetece contarles un par de confidencias a mis lectores. El título obedece a haber sido el tema sugerido por mi amiga Mirentxu, así que he escrito a su dictado; Marce se suicidó "siguiendo al dictado del fiero enemigo que la habitaba", pero también un dictado genético que imitaba a su madre sin saberlo.
ResponderEliminarEn conversación con ella le comenté que no tenía nada previsto para las horas inmediatas, dame un tema, se sugerí, el resto ya está contado.
Muchísimas gracias, lector. También a ti que no comentas, que lees en silencio y sales sin dejar huella.
Triste destino!!!! Una historia más entre las muchas que hay... saber coger el camino correcto es difícil porque nadie, de nuestro futuro sabemos... pero las carencias afectivas pueden terminar con estos resultados!!!! La tentación es grande pero la moral ha de ser inamovible!!!! Pienso que es ésta una de las muchas formas para no salirse del buen camino!!! Besos cariñosos primo!!!
ResponderEliminarQuerido Paco, me ha encantado como has tratado el tema, con esa delicadeza y maestria tan tuya con las cuales has tratado todos los pro y los contra de una determinación que equivocada o no, muchos deciden tomar pues piensan que la única forma de liberarse del sufrimiento es liberarse del mundo.
ResponderEliminarUn magnífico relato Paco, y muchas gracias por la dedicatoria y por tus continuas muestras de cariño y amistad que sabes te son correspondidas al 100%.
Un fuerte y calido abrazo
Excelente relato, relatando condiciones y actitudes humanas de manera perfecta y absolutamente atrapante,
ResponderEliminarsaludos cordiales
Paco eres capaz de sacar belleza hasta de las situaciones mas tristes.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un relato magnífico para una triste historia.
ResponderEliminarFelicidades Francisco.
HOLA FRANCISCO
ResponderEliminarTRISTE TU HISTORIA PERO TAN REAL COMO LA VIDA MISMA.
HAY PERSONAS QUE LLEGAN A LIMITES, NO PUEDEN CON ELLAS MISMAS; TIENEN UN CONFLICTO INTERNO QUE NO PUEDEN SOBRELLEVAR...
EXCELENTE TRAMA PARA DESCRIBIR UNA REALIDAD.
BESITOS
Una historia muy triste, me quedo buscando culpables y encuentro varios pero solo una pobre victima que me recuerda que hay más de una Marce por esos mundos de Dios, que pena
ResponderEliminarmuy bun texto, Francisco, me das la razón cuando acudo a algun amigo en busca de una frase inspiradora...je
ResponderEliminarme encantó, besos