Para muchas personas la Semana Santa es solamente una manifestación religiosa, un acontecimiento socio-cultural y tradicional que sucede cada primavera. Para éstos, ni siquiera se trata de una semana, sino del Domingo de Ramos y luego un puente que cruza entre el jueves tarde y el domingo siguiente con un gran bullicio en las calles. Para los cofrades es el centro neurálgico de la manifestación popular de fe, donde una serie de catequesis visuales dan cuenta de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.
No quiero hablar de lo obvio y doy por archiconocida la Semana Santa de Sevilla, con una media de ocho procesiones diarias de domingo a domingo, donde imágenes, nazarenos, música, flores, orfebrería y enseres pregonan las vicisitudes del Señor en su Pasión. Obras de arte que en muchos de los casos arrastra una tradición de siglos y que desde distintos punto de la ciudad y sus barrios confluyen en un itinerario común denominado Carrera Oficial. Eso es en síntesis la Semana de Pasión para la mayoría de las personas, creyentes o no. Para los cofrades, esa semana se extiende a lo largo de todo el año y hasta es tradicional en los establecimientos de hostelería sevillano ver un cartel que anuncia los días que faltan para el próximo Domingo de Ramos. Pero al margen de esa única salida procesional al año, las cofradías mantienen una gran actividad durante todo el año a lo largo de cada una de sus semanas. Hay actividades cultuales, de formación, de caridad… Absolutamente todas ellas desarrollan una labor de ayuda social sin la cual la crisis que atravesamos sería aún más aguda.
Como recogen sus Reglas, en Las Penas —mi hermandad— dio comienzo ayer martes el Quinario a su titular, como siempre en la segunda semana de enero. A tales efectos, a pesar de contar con un director espiritual, suele venir invitado un predicador. Y como prueba de que la vida es infinita, o sea, circular, en esta ocasión predica Fray Pedro Fernández Alejo, el trinitario que bautizó a mis hijos en Madrid, en los años 70, y que ahora es párroco de San Ignacio de Loyola en Sevilla.
Aún con el sabor dulce del turrón en la boca ya se huele esa brisa suave que nos trae una Semana única en Andalucía.
ResponderEliminarUn abrazo Fco.
Ahí lo vivís de forma muy distinta a como lo hacemos aquí, en el norte. Compara ambas es una estupidez, solamente se parecen en el fondo, las formas y la intensidad son totalmente distintas. Un Abrazo
ResponderEliminarhttp://desdemimejana.blogspot.com
Salgo con cosas aprendidas y un sabor a Semana Santa especial en Sevilla.
ResponderEliminarMis saludos.
usted ya preparando el ambiente para las próximas celebraciones. Y fíjese que yo aún no conozco la semana santa sevillana. Imperdonable. Un año de estos tendré que ponerle remedio.
ResponderEliminarFeliz día
Bisous
Y para los no creyentes, pero gente sensible y respetuosa, se trata de una maravillosa manifestación cultural de gran arraigo en la tradición andaluza, además de un espectáculo sin parangón.
ResponderEliminarUn saludo.
La Semana Santa,digo desde el corazón,conmueve hasta las piedras.
ResponderEliminarYo de lágrima fácil,he llorado viendo el fervor,la Fe,la pasión que la gente pone en estos festejos religiosos.
Y escuchar una saeta,me destroza los ojos.
Ya ves!
Pronto empezáis,¿no?
Ahora que aquí pasa algo parecido con las fallas y ya empezaron las presentaciones de las falleras mayores y eso.
Besos.
Qué diferente es la Semana Santa de Andalucía de la de Castilla. Y, aun con todo, creo que le echais mucho más sentimiento.
ResponderEliminarSaludos
Las diferencias entre las procesiones y celebraciones de la Semana Santa en Castilla o Andalucia, o entre el Norte y el Sur, no difieren más que en la forma, que cambia según la cultura y las costumbres, pero para el que tiene fe, el fervor y el sentimiento interior es el mismo.
ResponderEliminarUn afectuoso saludo.
Por lo que veo cada lugar tiene una distinta tradición para estas fechas, una forma singular de conmemorar la semana santa, pero lo importante es el espíritu de reflexión y el valor que le damos dentro de nuestras vidas.
ResponderEliminarSiempre es grato conocer otras costumbres.
Gracias por compartir los tuyos, apreciado Francisco.
Abrazos alados!
No había oído hablar yo de este Cristo. Creo sin embargo que te has adelantado un pelín. ¿Estás pensando en las vacaciones?
ResponderEliminarMuy bien explicado tu post...
Bss
Alguien me decía hace unos años, referido a Jesús: en Sevilla, nada más nacer ya estamos deseando crucificarlo. No se trata de que me haya anticipado a la Semana Santa, sino que para los cofrades sevillanos todo el tiempo es un continuo. Agradezco a todos vuestros comentarios.
ResponderEliminarMe alegro que los aires de la semana Santa se realicen en todas las semanas del año, ahí es donde se deja ver la realidad de la religión, el ayudar y cooperar en ayuda para los más necesitados, eso es cristianismo y dar ejemplo con ello.
ResponderEliminarNo estar repletos de oro y vivir en la amplia riqueza y dejar morir de hambre pueblos enteros como se esta viendo y no voy a nombrar. Pudiendo realizar algo por mejorar notablemente la situación. Y son los que representan la cristiandad.
Un abrazo.