En este tiempo de reflexión y remanso
-en los días que denomino de aplomo-
me sobran las prisas y las beligerancias,
los desencuentros buscados u ofuscados
en un pulso que siempre acaba por ser reversible,
viendo, como aprecio, que los vencidos
terminan por ser vencedores con el paso del tiempo.
Te busco a ti, lector silente, para ofrecerte mi paz
y para recibir de ti tu beneplácito y avenencia,
si acaso tu generosidad es derrochadora.
Te busco a ti, como escudriñando en el espejo
lo que imaginé de mí sin alcanzarlo, lo que me es esquivo,
la perfección del círculo imperfecto, el oído atento
para la palabra que digo, para fundirme en la unicidad
de mis cavilaciones con tus pensamientos,
mediante la talla de sintagmas con la que esculpo
este abocetado cuerpo con el que aproximarme a ti,
buscando, como ya he dicho, tu consentimiento.
No pretendo ensartar palabras al viento,
como quien lanza una cometa en busca de arabescos,
sino hacerte pensar, si es que te apetece,
y compartir contigo lo que me hace sufrir,
lo que me alegra, lo que me excita, lo que yo siento.
Para mi es un verdadero placer venir y leerte. Me gusta sumergirme entre tus letras y compartir contigo, estar siempre a tu lado y conocer a través de tus letras todo lo que sientes,dolerme cuando sufres, alegrarme cuando ries y sobre todo, acompañarte en el llanto siempre que me necesites, para que juntos, alcancemos los caminos de luces dejando atrás las sombras.
ResponderEliminarUn beso
Compartamoslo en nuestas fecuentes visitas.
ResponderEliminarSaludos
A mí, quien me busca, me encuentra. Tarde o temprano uno se encuentra con gente con la que sentirse cómodo.
ResponderEliminarSaludos desde 2018.Me imagino que esta entrada tuya fue de las primeras.
Un abrazo, Paco.
Aunque no es la primera en esto medios, pero en el poema se encuentran las motivaciones y pretensiones de este blog, Cayetano.
EliminarUn abrazo.