El sol se desparrama. La plaza desierta,
y la sombra esbelta de la bandera
es un figurín incorpóreo que danza sin cesar en la arena,
como los papelillos de los subalternos en tardes de viento.
Los toriles han sido desinsectados
y en los corrales dormitan los ecos sordos
de los mugidos pretéritos que rumiaban
barruntos de muerte; ahora vestigios del pasado.
La muerte tiene la verticalidad de un ciprés,
pero le ha sido anulada la cita que tenía
a las cinco en punto de la tarde,
y, talado el tronco, morirá de inanición,
según la sanción, por mayoría, del parlamento.
En el principio, la Palabra sólo prohibió
uno de los árboles del Edén; desde entonces,
el hombre, en una sucesión de faenas de aliño,
prohíbe, prohíbe y prohíbe hasta el vértigo.
Querido Paco, por poco tu prosa-poesía me hace caer en aquello de que los toros son un arte, lo que-indudablemete- sí es un arte es tu poético artículo...
ResponderEliminarParece mentira que de un asunto con un fondo tan poco poético consigas este bello mini-ensayo.
Ya sabes lo que pienso a este respecto, pero aprovecho la tribuna que me prestas para decir: ¡¡¡Olé por los catalanes!!!.
Y al paso, añado algunas humildes reflexiones, de la forma más concreta que puedo:
Hace años, en 1991, Canarias aprobó la abolición (palabra que creo menos demagógica que prohibición) de los toros en sus islas.. En su ley autonómica figura esta antológica y bella frase: “es indeseable la posibilidad legal de hacer negocio de espectáculos basados en el maltrato, sufrimiento y muerte de animales”
Aquello, si recordamos, no fue tan trágico ni tan antiespañolista , ni tan separatista. Incluso creo recordar que el PP lo apoyó sin problemas. Y se cerraron dos plazas de toros, Tenerife y Las Palmas.
Ahora por el cierre de una sola plaza, la Monumental (18 corridas anuales) ya ves la que se forma. En el resto de España quedan todavía cientos de plazas (Madrid 284 corridas, Málaga 79, Sevilla 52, etc…) y ni los más optimistas pensamos que ni a largo plazo vayan a desaparecer (pese a la sangría en euros que nos cuestan las subvenciones a todos los españoles, lástima, no tengo números concretos…)
¿Cómo es posible que los ganaderos y etc.. estén diciendo que esto es la ruina del negocio y de los miles y miles de puestos de trabajo que dicen van a desaparecer ¿ ¿ sólo una plaza con 18 “festejos” al año?
Todos, a poco que nos fijemos, habremos observado que los medios de comunicación (casi 100% de las televisiones y 99% de los periódicos) y los políticos conservadores (de derecha o no) aprovechan, claro, para enarbolar la bandera del españolismo o más bien la del anticatalanismo (que tanto vende). Además achacando a los catalanes su antiespañolismo, que vende más todavía. Vende periódicos y, sobre todo, votos.
Por cierto qué poco se nos ha dicho de la opinión y de los editoriales de los periódicos extranjeros, siendo así que el asunto ha salido en todas las portadas de las publicaciones y muy generalmente aplaudiendo.
Por cierto, volviendo a la poesía, Gustavo Adolfo Bécquer escribió en un artículo publicado en 1870: “los extranjeros se estremecen al presenciar el bárbaro espectáculo de las corridas de toros”.
Otras dos palabras que se han enarbolado en los medios: tradición y libertad.
Caramba, ya se acepta que fumar en todos los locales y saltarse los semáforos o beber conduciendo (como alguno dijo que lo era) no es exactamente libertad. En cuanto a tradición, cualquiera puede reconocer que las tradiciones cambian, si recordamos era tradición cazar zorros en Inglaterra, colgar galgos en España, etc. y ya son cosas ilegales.
Por último, volviendo a tu bello ensayo, lamentablemente (para mí y muchos otros) el fin que pareces vaticinar en el mismo creo que no está cercano, ni mucho menos. Y ojalá me equivoque.