Por entre las encinas,
por entre los olivos
y retamas, la luz difusa
inaugura una mañana
perezosa
con su manto albino
de niebla densa
como sostenida por manos
invisibles
que atrasan los relojes
y los colma de bostezos.
Tras la luz mortecina,
el sol hace regates infructuosos
en esta mañana blanquecina,
mas en la tarde,
nos cogeremos de la mano
y nos proyectaremos
en su rayos oblicuos.
"Mañanitas de niebla, tardecitas de paseo".
ResponderEliminarUn abrazo.
No me gusta la niebla, ni me ispira. Siento un profundo rechazo viceral.
ResponderEliminarBss
Jo, Emilio Manuel me acaba de quitar el comentario.
ResponderEliminarUn abrazo.
A mí la niebla me deprime, es como si el cielo se hubiera derrumbado sobre nuestras cabezas, el gran temor de Abraracúrcix, el jefe galo de Astérix.
ResponderEliminarLo bonito de la niebla -que suele responder a una situación de inversión térmica por causa de una masa de aire descendente- es que cuando se disipa ya no hay nubes sino un sol espléndido.
Un saludo.
cómo me gustan tus poemas!, siempre te lo digo. Me pareció hermoso mucho más allá que le hables a la niebla, aunque te diré que tiene su costado romanticon también
ResponderEliminarbesos, Freancisco
Es la niebla el paso hacia el sol del medio día, un poco tímido pero hermoso, al fin.
ResponderEliminarBonito poema.
Besos
Precioso poema para estos días de neblina, como se decía en mi pueblo. Pero no me gustan nada, sobre todo cuando coges el coche temprano para ir a trabajar y se forman esas colas para salir de la ciudad. Le que quitado todo el encanto al poema, disculpa Francisco. Espero que estés pasando un grandísimo puente sabático. Un abrazo.
ResponderEliminarHola!!! Por aquí se dice... mañanitas de niebla... tardes de paseo! BESOS.
ResponderEliminarNos cogeremos de la mano y todo será luminoso.
ResponderEliminarUn beso
No siempre levanta la niebla. En muchas ocasiones nos pasamos semanas sin ver el sol. Es lo que tiene vivir junto a un río como el Ebro. Saludos
ResponderEliminarQue siempre puedas ver entre la niebla la luz de la esperanza. Precioso poema.
ResponderEliminarUn beso.
Pues sí. ¿Y yo que digo ahora? Pues, Felicidades.
ResponderEliminarEs un precioso poema Paco y hablando de poemas, acabo de volver a publicar en mi blog el que me dedicaste el año pasado, siempre que lo leo me siento muy orgullosa de haber servido de inspiración para tan hermosas letras.
ResponderEliminarUn fuerte y calido abrazo.
¡Qué suerte contar con vosotros! ¡Hasta una foto opalina os satisface!
ResponderEliminarHe pasado unos días en Valencia del Ventoso, en el sur extremeño, bajo el calor de unos amigos. Bastante lejos de mi cacereña prima Liova y con un tiempo desapacible para tanta carretera. Ella sabe que nos espera el calor de Marbella y este afecto que se nutre día a día. Unas mañanas húmedas y opacas que me hicieron recordar el dicho popular que muchos de vosotros habéis reproducido. Y así sucedió: las tardes fueron más agradables para el paseo.
He desgustado la amistad y los productos ibéricos, algo de lo que uno nunca se sacia. Como consecuencia de ello tengo abandonada la lectura de tantos blogs amigos, los cueles espero que sepan disculparme. A todos un fuerte abrazo.
Qué bonito Francisco... fíjate tú que a mí la niebla lo que me inspira es soledad.
ResponderEliminarBesos.