HOMENAJE A FRANCISCO ESPADA

Mi amigo, el generoso Julio Díaz-Escamilla, en su blog, “A Viva Voz”, me ha sorprendido con un homenaje versificado que me complazco en reproducir, así como mi respuesta. Pinchando en el enlace de "A Viva Voz" podá escuchar el poema en la voz de Beatriz Salas.

Con el aplomo de sus días

viene un hombre en el camino,

ya se sabe que en la lejanía

se acerca un amigo

con su eterna sonrisa

y se llama Francisco.

Es su palabra lozanía

bailando en sus artículos,

y nos cuenta de pueblos y villas,

de valles, montañas y riscos,

de costumbres y comidas

o del refrescante río

que tanto canta a la vida.

Hoy apenas traigo un solo brillo

de lo que este hombre significa,

porque igual toma la pluma o el martillo

y trabaja,  y hermana, y edifica;

ya lo imagino de niño,

juguetón, alegre, jamás con ira,

inventando castillos,

nubes, campos y vendimias,

ya andando un destino,

ya abriéndose la vida.

Sea este poema un zafiro

y un aplauso con alegría

para homenajear a don Francisco,

y alentarlo a que siga

con su hermanado estilo.
Mi agradecimiento eterno.

Julio Díaz-Escamilla

Silencio;

relectura y silencio;

aplomo y afonía.

Aturdimiento

en el sobresalto.

Te has dejado llevar, Julio,

por aquellas que me aman

y el amor, bien lo sabes,

no es imparcial.

Conocía tu generosidad,

tus derroches,

tus despilfarros,

pero no esperaba

esta capa cálida de armiño

con la que ahora me arropo.

Francisco Espada