17 mayo 2012

POR AZAR


La vida nos presenta una sorpresa después de cada esquina, esos escorzos en el deambular sobre los que nunca tenemos certeza de hacia dónde nos conduce. Para mí ha sido un día agotador, además de azotado por las altas temperaturas. Aunque uno sea del sur, adaptarse a este cambio brusco hacia el descamisamiento lo acusan los cuerpos y de qué manera.

Inicié el día bajo el rigor físico de Macarena, mi monitora acuática, —todo un sargento duro y amable que me hace surcar la piscina más veces de las que me apetece y que tanto a la postre me beneficia— cuando llegué a casa estaba Alejandro en brazos de mi mujer y bien pronto me ejercité en las cucamonas. Por la tarde, para varias horas, me fui a Cáritas para hacerme manos al servicio del que está en la cruz. ¡Qué comprensivos son los pobres! Ellos tienen sus necesidades y sus muchas carencias, pero entienden que no son solos, que hay que compartir las dádivas, que no alcanza para todos. Tengo la suerte de no saber lo que es pedir, pero puedo hablar de primera mano de lo dulce que es dar y de la felicidad del trabajo no remunerado.


“¿Nos echamos una cervecita?” Durante la tarde me he tragado más de un nudo y hasta he tenido que oír alguna que otra inmerecida alabanza de corazones agradecidos y exagerados. “Una rapidita”. El día que vengas a Sevilla, lector,  no dejes pasar por alto que te lleve a tomar una cerveza al Eslava. “¡Hombre, Antonio!, mira te presento a Paco; él ha sido hotelero también” Antonio me presentó a Andrés, director del hotel donde él es jefe de administración. “Bueno, en realidad ya no somos colegas, pues hace muchos años que mis circunstancias me apartaron del mundo laboral; ahora trabajo sin nómina”. Son al menos veinte años más jóvenes que yo, y entre trasiego de cervecita va y cervecita viene, he rememorado un tiempo lejano que entre los del gremio siempre se hace común. Ellos hablan desde los ochenta, yo desde los sesenta; un mundo que para ellos son meras referencias prehistóricas. Me he sentido bien. Al cabo de muchos años he vuelto a hablar de lo que fue mi mundo laboral, de lo difícil que se hace el equilibrio entre facturación y gastos, de la dura competencia, de los altos costes de las inversiones y la financiación imposible…   me ayudaron a rejuvenecer, pero ahora las cervezas pesan más sobre el aparato digestivo de lo que para mí fue en el pasado. Por azar, he disfrutado de unos momentos felices.

19 comentarios:

  1. Ese punto de encuentro, entre aquella gente que trabajamos en los años 60-70 con la que empezaron en los años 80-90 o incluso que aún no han empezado, son los que actualizan y te ponen al día, es lo que hecho de menos cuando estaba en la facultad, los contactos y las largas parrafadas con chavales de poco más de 20 años.

    un abrazo

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  2. Lo importante es lo que has disfrutado, las cervecitas ya te las hará sudar Macarena, jajaja.

    Un beso

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  3. No todo va a ser negativo, aún nos queda la gente, la calle, y unas cervezas con los amigos.

    Un abrazo Francisco.

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  4. Ojo con las cervecitas que luego la monitora- sargento te va a castigar con unos cuantos largos de más. Pero te comprendo perfectamente. Con el calor y ante una cruzcampo fresquita no hay escapatoria.
    Un saludo.

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  5. Hacer algo por los demás debe llenarte de orgullo y llevarte a pensar que en esta vida estamos para muchas cosas.
    Se me ocurre que estos días de canícula inmisericorde y durante todo el verano deberías cambiar el título del Blog por este otro. "días de plomo".
    Otro saludo.

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  6. Hola!!! Tomo nota!!!! Cuando vaya a Sevilla nos acercamos al Eslava a tomar carvezas!!!! jajajajajaja!!!
    No me extraña que pasaras un buen rato recordando tu cuitas profesionales. Cuando se ama una profesión y "caes" entre colegas, lo lógico es hablar del tema, siempre se aprenden cosas nuevas!!!! Besos cariñosos primo!!!

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  7. Es magnífico que la gente lo pase bien.
    Un abrazo

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  9. Tomo nota porque dentro de unos meses me vuelves a tener por allí.
    Un abrazo

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  10. Bueno, ésta es la forma que tenemos de compartir la vida con alguien que no conocemos y que, sin embargo (y por una razón inexplicable), apreciamos.
    No sabía que hiciera tanto calor aún sin haber comenzado el verano, pero es una buena justificación para beberse unas buenas cervezas, caigan como cayeren.
    Ya iré yo por aquel lugar, no lo dudes.
    Un abrazo.
    HD

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  11. Y es que echar cervecitas en Sevilla no es sólo una tradición, es casi una obligación, un oficio. Soportaremos la caló como podamos, Francisco. Buen fin de semana.

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  12. ¿Qué es la felicidad sino eso?
    Momentos,instantes mágicos y complacientes que nos hacen viajar en el tiempo de manera sonriente.
    Me alegro por ti.
    Besos.

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  13. Y de eso se trata Paco, de revivir, de disfrutar esos momentos sencillos que tanto nos benefician, de compartir amistad, de dar y tambien de recibir, y de saborear una cervecita bien fría, como culo de foca, para aliviar los calores.

    Un fuerte y calido abrazo

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  14. Tu día a día da mucho de si, te da tiempo de todo, te cuidas, te das a los demás y disfrutas de nieto, cervecita y rememoración de otros tiempos, te puedo entender, yo disfruto mucho cuando charlo con antiguos compañeros de trabajo, nos jubilamos pero en cierto modo recordamos otros tiempos con nostalgia
    Bssss

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  15. Tu post por azar me recuerda que tengo fecha de caducidad y no tardando. Contar de 20 en 20 puede ser peligroso.
    Bss y buen finde.
    Sigo sin ordenador:-(

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  16. Claro que sí Francisco, hay que disfrutar. Por cierto, buen sitio ¿eh?, también en San Lorenzo. Me ha encantado amigo. Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea.
    http://tertuliacofradecruzarborea.blogspot.com/

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  17. la vida ha sido benevola con vos, lo bueno es que lo sabes y lo reconoces. Un abrazo

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  18. La vida es una eterna sorpresa que nos deriva a ella, y la felicidad esta siempre ahí si la sabes apreciar en cada instante de lo que la vida nos ofrece, siempre hay algo que nos puede derivar a ella,
    gracias por tu relato de un día a día. un abrazo

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