02 mayo 2012

EN FAMILIA


     ¿Has visto si está conectado?
     ¿A quién te refieres?
     ¡A quién voy a referirme, a Adela!
     No, no lo está.
     Esta niña nunca está cuando se le necesita.
     ¿Y para qué la necesitas ahora?
     ¿Cómo que para qué la necesito?
     No sé.
     ¡Es mi hija, Antonio, es nuestra hija! Aunque a veces parece que tuya no lo fuera.
     ¿Qué quieres decir?
     Que no te preocupas por ella.
     ¿Qué no me preocupo? ¿Qué más quieres que haga?
     Que pienses en ella, que quieras saber continuamente de ella, que te desvivas por ella.
     ¿No crees que es suficiente lo que hago por ella, Rosa?
     No desvíes la conversación y no quieras apuntarte méritos.
     No son méritos, Rosa, no son méritos.
     Entonces, ¿qué es lo que insinúas?
     Sabes que no insinúo nada, que simplemente estaba tratando de leer la prensa en Internet para contrastar lo que cuenta el telediario.
     ¡Cuando no es el fútbol son las noticias!
     ¿No irás a renegar de que me distraiga al tiempo que me informe?
     Yo no reniego de nada, Antonio, sino de tu falta de interés por tu hija.
     ¡Maldita Erasmus, Rosa, maldita Erasmus!
     ¿Maldita…?
     Sí, maldita.
     ¿Maldita por qué?
     Porque con la mierda de beca que le han dado la niña no tiene para sobrevivir y a mí me está quitando la vida.
     ¿Qué te está quitando la vida que tu hija se forme en Europa?
     Que se forme no, Rosa, que se forme no.
     ¿Entonces?
     ¡No me hagas hablar!
     ¡Tú siempre te refugias en no querer hablar!
     Lo que no quiero es calentarme. ¿Sabes del accidente ferroviario del otro día?
     Sí, pero eso sucedió en Polonia, y Adelita está en Alemania.
     ¡No la llames Adelita, que ya tiene veintidós años!
     ¡Pero es mi hija!
     Pues tu hija iba en ese tren. No, no le ha pasado nada; ella ha salido indemne, pero yo he tenido que dejar el abono a Gol Televisión, he dejado el tabaco, las cervecitas con los amigos, y sólo mantengo la línea ADSL para esperar a que nuestra hija quiera asomarse a Skipe y que nos cuente lo primero que se le ocurra y no lo que realmente está haciendo.
     ¿Qué va a estar haciendo sino que estudiar? ¡Qué desconsiderado eres, Antonio, y qué mal padre!
     ¿Mal padre yo?
     ¡Sí, sí lo eres! Sólo piensas en ti, en el fútbol y en las noticias. ¡Mira de nuevo a ver si está conectada!

17 comentarios:

  1. Buenas noches primo!!!! Pues yo entiendo las tres posturas... el padre, la madre y la hija!!! LOs tres tienen razón... los tres tienen sus motivos y su edad... todos hemos sido jóvenes... ahora somos maduros... por eso les entiendo a los tres. Muy bueno Paco, muy bueno... me ha dejado un poco nostalgicona tu entrada!!! Besos cariñosos.

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  2. Cuánta razón...yo creo que los estudiantes cuando nos vamos no nos acordamos de mamá y papá.Yo no me he ido de ERASMUS todavía,y en mis pensamientos está que yo no pasaría de mis padres,pero a saber,uno cuando se ''embulla'' con los amigos,y más de ERASMUS,a saber de lo que se olvida...pero bueno,también depende todo.Es un texto que me ha llamado bastante la atención,muchas gracias por publicarlo,me hará reflexionar seguro.

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  3. Clavado, Paco, lo has clavado. Parece un diálogo de besugos, pero es la vida misma. Te estaba echando en falta pero no sabía lo que te pasaba con el Reader. De todas formas en la sidebar de este tu blog si que aparecen mis entradas, yo desde luego os sigo por ahí y si no por el escritorio de Blogger.
    Un saludo desde mi mejana

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  4. Hola Francisco, exelente texto, sucede hasta en las mejores familias, de la vida real. Es cierto que no sabemos nada de lo que hacen nuestros hijos cuando estudian lejos. Cuando mi hija estuvo en Canada estudiando, pasaba noches enteras esperando se conectara y mientras pasaban las horas mi alma agonizaba pensando mil cosas. Me encanto leerte y recordar las horas eternas que pase antaño....Cuidate amigo.

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  5. ¡Ays!! Como la vida misma ....
    Abrazos.

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  6. Lo que no sé es como hay hombres que aguantan a ese tipo de mujeres. Esta es realmente insoportable, además de neurótica. Algunos debemos ser afortunados.
    Un saludo.

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  7. La era de la técnica. "Hay que estar conectados" y si no lo haces no existes. Tenemos que usar la cabeza para no caer en extremos.
    Los hijos cuando cumplen la mayoría de edad ya no son nuestros. Otra cosa es que estemos cuando nos necesitan, lo demos todo y otra querlo controlar todo. Como decía aquel "Tenerlo todo atado y bien atado" imposible
    La pareja tiene que funcionar si ellos, y tener vida propia
    Bss

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  8. Los hombres nos atacan grgrgrg... pero así
    somos las madres, aunque nuestros hijos
    ya tengan 30 años siguen siendo nuestros
    pequeñitos a los cuales debemos proteger.
    La realidad es que el padre no entiende
    a la madre y viceversa, a la vez la hija
    vive en su nuevo mundo y no hay tiempo
    para conectarse con su desesperada madre
    ni con su padre.
    Un abrazote grande Poeta, me encantó el
    tema en que se inspiró tu musa.

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  9. Como dice Felipe, lo has clavado, además te diría que hasta me suena mucho, son los pequeños debates de algunos días cuando uno/a está "mosca".

    Un abrazo.

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  10. Hola Francisco, tu entrada es genial, además realista y muy, muy de actualidad. Creo que quien escribiese un buen libro sobre la generación perdida, que somos los padres de estos adolescentes cibérneticos y que creen saberlo todo, se llevaría el Nóbel del año en literatura... ¡por qué mira que es pijotero entender algunas veces sus actos..."

    Un abrazo.

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  11. Hay que ver la de veces que nos enredamos en discusiones sin sentido.
    Yo pienso que estamos tan aburridos que decidimos pelear por hacer algo distinto.

    Un abrazo Fco.

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  12. Al final con la tecnología todos acabamos convertidos en espías. Pero es que para los padres un hijo siempre es un niño necesitado de protección :)

    Feliz día, monsieur

    Bisous

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  13. Es que todos los padres quieren saber de sus hijos... Me imagino mi madre conmigo hubiera muerto si yo no aparecía, siempre temen lo peor. Lamentablemente si yo tuviera hijos sería igual.

    Besos querido Francisco.

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  14. Tu entrada como siempre tan real. Distinto a los tiempos donde una carta era saber de los demás. Yo mientras tanto disfrutando del privilegio de tener a mis hijos aquí.
    Un abrazo.

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  15. Qué buena situación la que detallas!!!

    Excelente! así es la vida, así los hijos (les toca ser como quieren serlo), así los padres (cada uno preocupado a su modo).

    Padres e hijos vamos en el mismo vagón durante un tiempo, llevando la dirección que los padres sugieren...pero llega el momento de que los hijos cambien de vagón, aún no de tren, pero si del espacio que no les deja crecer.

    Yo también he tenido que "aprender", a no ser tan absorbente y agobiosa con mis hijas. Aún sigo "aprendiendo", me queda mucho para superar ése masterd

    Besos

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    1. Los hijos...
      Buen relato que se vive en muchas casas, y que bueno seria estar a dos preocupándose de los hijos, compartir con ellos aunque sean pequeños espacios de tiempo, gracias. 1 Abrazo para ambos.

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  16. HOLA SEÑOR FRANCISCO: HE LEÍDO SU RELATO Y LOS COMENTARIOS DE SUS AMIGOS Y ME UNO A ELLOS.- YO QUISIERA TENER A LOS VEINTICINCO QUE SOMOS CONMIGO ..PERO NO SE PUEDE TODOS ESTUDIAN TRABAJAN,Y HACEN FAMILIA,ES LA HORA DE ELLOS. -LE MANDO UN AFECTO Y QUE ESTÉ USTED MUY BIEN edita

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