14 diciembre 2024

TRAS LOS CRISTALES

 




A muy temprana edad,

ya experimenta la adversidad

como imponderable adverso.

Hasta la merienda le ha parecido

un trámite evitable y sin recompensa.

Llueve. La calle, desde la ventana,

es un deseo insatisfecho

y hasta se ve emborronada

y también inalcanzable.

El rigor que puso su madre

en cada palabra le sonó a sentencia

y no admite brecha posible

que permita bajar la escalera:

“¡Hoy no se sale!”

Cae la tarde, la lluvia no es torrencial,

pero tampoco da tregua a un cambio

permisible y divertido.

A tan temprana edad,

ya conoce el sabor amargo de la contrariedad

y aún desconoce que este será

moneda de cambio en el devenir de sus días.

1 comentario:

  1. El título de tu entrada me ha recordado el poema de Machado " balada de otoño" incluido en su poemario "Soledades", que comienza "Llueve, detras de de los cristales llueve y llueve, sobre los chopos medio deshojados, sobre los pardos tejados, sobre los campos llueve ...."
    Un abrazo.

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