Amarillea la tarde,
se apoca y se evade por la colada
derramándose.
En el esquivo sol poniente
una señal de esperanza
y la promesa de un nuevo amanecer.
Por los meandros del río,
los encuentros, La Puebla, el ayer
y las promesas que se renuevan
como se actualiza la flora
y la fauna rosácea y alada
en la Dehesa, en los bancales de agua
y en los arrozales.
Marismas abajo el titubeo de la mar
que a veces va y otras viene,
un balanceo, un avance y retirada
que merece la espera
y trastoca la monotonía
de la mar durmiente y anticipada
en vastas marismas luminosas.
Siempre me sorprendes con tus inspiraciones poéticas.Saludos
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