25 septiembre 2024

RETRATO EN BLANCO Y NEGRO

 




De la posguerra aprendí a guardar silencio,

a dar gracias por haber llegado tarde,

a eludir palabras sonoras

que pudieran haber sido aprendidas

en el entorno familiar,

a captar los conocimientos de la enciclopedia Álvarez,

a usar la caja de lápices Alpino,

a corregir y borrar y a pedir perdón,

a saber escuchar

cuando los mayores hablaban en voz baja

y a silenciar lo escuchado a todo trance.

Aprendí que la letra con sangre entra

y que un sopapo es la alberca materna

derramándose por el rebosadero.

Aprendí también el Pan nuestro de cada día,

a besar el trocito que había caído al suelo

y seguir comiendo y dando gracias.

Aprendí que nada se alcanza sin esfuerzo

y a ser aprendiz para toda la vida.

8 comentarios:

  1. Además de todo lo que cuentas aun recuerdo, formar en el patio cantar "montañas nevadas" levantando el brazo mirando a la bandera, será por eso que rechazo la canción, el brazo levantado y la bandera me hace poca gracia que me la restrieguen.
    Un abrazo

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    1. Al menos tú mirarías a Sierra Nevada y te resultaría más fácil, pero en Ojén o Marbella ¿dónde iba por nieve?
      Un abrazo.

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  2. Un aprendizaje demasiado doloroso.
    Te abrazo fuertemente.

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  3. Un aprendizaje que yo también tuve gracias a Dios y a mis padres y que me hizo una persona fuerte y responsable hoy en día ya no es así y ha nacido la generación de cristal. Saludos

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    1. El exceso en protección hace a las criaturas más débiles, Charo.
      Un abrazo.

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  4. Ahora ha cambiado bastante la educación. Los padres son muy permisivos y no les enseñan las normas mínimas de educación.
    Un abrazo.

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    1. Pero se equivocan los padres. Sin esfuerzo no se llega a la meta.
      Un abrazo, Antonia.

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