Hoy tengo la mirada sin brillo
y hasta se ha dilatado el horizonte
para hacerlo más lejano, más complejo,
más desabrido, más indefinido.
El músculo somnoliento
y hasta con residuos
de un esfuerzo que ya me viene grande,
como estas ojeras que me delatan.
La apatía se renueva en cada inspiración
y me siento hoja otoñal, débil y ojerosa,
a la espera de un soplo de brisa
para pendular hasta el suelo
en caída libre y macilenta.
Soy metal sin brillo,
mariposa sin alas,
campanilla afónica,
mecha sin aceite en un candil reseco…
¡Y yo que me había propuesto
una pasada galante en tu presencia
con la que encandilarte!
No te hace falta proponertelo....tus letras brillan sin esfuerzo..encandilan por lo bellos textos que creas aún en esa apatía que seguro pasará....bsss
ResponderEliminar¿Quién no podría rendirse ante tus escritos?
ResponderEliminarUn abrazo
Nada, poeta. Que aún así encandilas. Mañana estarás muy fuerte de nuevo.
ResponderEliminarUn abrazo con mucho anís.
Debe ser los cambios de tiempo. Puede que mañana te sientas con más energía. Feliz fin de semana. Un abrazo.
ResponderEliminarTú siempre encandilas, mi admirado poeta. Pero hay días así, nos pasa a todos, es normal, no siempre vamos a estar sonriendo, hay días algo más apagados.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un poema que trasmite cierta tristeza que seguro está escrito en un momento de bajón pasajero. Arriba ese ánimo amigo poeta. Saludos
ResponderEliminar