08 septiembre 2024

ETERNIDAD

 





La juventud escalaba por tus piernas,

se relajaba mínimamente en tus caderas

y seguía ascendiendo

hasta hacerse aguerrida en tus labios,

donde se pertrechaba de un ramillete frutal,

un eficaz excitante de mi sed

y se hacía sonrisa radiante.



Dos pétalos de rosas daban licencia

a tu pronta sonrisa,

a la música de tu silencio

y a la avidez de tus ojos.

Escanciabas alegría como de un aljibe sin fin

con pasillo secreto a lo inagotable.



Tu presencia, atrio de palacio,

las puertas del cielo, el trono soñado

repujado en púrpura y bañado de luz:

oro, piedras preciosas, filigrana y jade,

marfil puro, ─labios adentro─

en el sobresalto de tu sonrisa.

 

 

Yo caminaba a oscuras, venía de lo imperfecto,

de un caminar errante de huellas sucias,

y en la urdimbre de tus yedras

estaba la partitura

de mis vivencias de eternidad.

4 comentarios:

  1. Todo termina la juventud se marcha y con ella las energías que tenía antes el cuerpo.
    Feliz domingo de descanso.Un abrazo.

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    1. Por suerte, Antonia, somos más que cuerpo, aunque es la referencia más a mano. Pero según nos vamos marchitando va tomando valor ese otro yo más duradero.
      Un abrazo.

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  2. Cuando ese tipo de sentimientos se mantienen, es signo de que la juventud logró sobrevivir a toda prueba.
    Abrazo anisados.

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    1. Muy bien visto, Sara. Los sentimientos van mucho más allá de lo que alcanza la vista y es más duradero.
      Abrazos anisados.

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