28 octubre 2024

LÍMITES DEL DÍA

 




Cuando se deslinda el día y entra en declive

la luz es todavía acopio de matices

que no llegan a herir la mirada,

mientras las cornisas doblegan la visión

con la habilidad de un maestro de forja

y los colores se alambican y pierden brío

ante el forzado recogimiento del ocaso.


Pronto será necesario un artilugio artificial:

una tea, un hachón, una mecha,

un cabo encendido si queremos extender la vida

más allá de sus fronteras naturales.

Ni la expresión ni el resultado

sellarán armonía con los trazos anteriores:

entre los destellos dorados

y las gradaciones plomo de las sombras,

la sutileza del difuminado que todo lo atenúa.


En el límite del día, cuando cae la noche,

la luz es un recuerdo que ha de revivir mañana,

cuando el sol saje la veladura de las tinieblas

y volvamos, una vez más, al punto de partida.


1 comentario:

  1. No vamos al punto de partida, el paso del tiempo es inexorable.
    Un abrazo.

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