21 octubre 2024

SALVOCONDUCTO

 




Identificarme en un papel

es tan absurdo y peregrino

como haber sido engendrado

siguiendo los pasos de un boceto.

Debí ser concebido para lo liviano

y he respondido a esos cánones

salvo en el capricho de alguien

que más tarde quedaría decepcionado.

Disfruto más de la mar desde la orilla

que cruzando azaroso sus aguas:

las aventuras con poca sal, el horno medio,

con algo de miedo y mucho respeto.

De las montañas me apaño

con aquellas cotas que son de mi talla,

que los miles me enturbian la mente,

me desorientan y hasta extrapolan.

Del extranjero lo justito para demostrar

que sí he salido. En cambio,

casi todo el mundo ha pasado frente a mí

y me he complacido en entenderles y ayudarles,

tal como exigía el desempeño de mi empleo.

En lo oculto de mi cuarto, en lo íntimo,

con la luz imprescindible para una buena visión,

he saboreado infinidad de palabras,

por eso mis referencias son más a terceros

que a mis propias vivencias.

Yo no tengo mucho que decir,

pero sí mucho por aprender.

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