Las
noches eran ventanas
al
paisaje de la niñez.
AMELIA DÍAZ BENLLIURE
Hice
muchas veces las maletas;
cambié
de domicilio y hasta de ciudad.
No
fui trashumante, ni perseguido;
me
moví laboreando,
abriendo
nuevos caminos
y
nunca me dejó esta sombra achatada de pueblo,
con
aroma a pan recién horneado.
A
veces se me espanta el sueño y sale de estampida
por
los paisajes de la infancia;
es
como habitar
una
alcoba de ventanas cegadas
que
sólo dan acceso al paisaje de la niñez.
Entre
bostezos y escalofríos,
deshilacho
la madrugada salpimentando añoranzas
y
bebo a tragos esta pesadumbre
que
es distancia que nunca quiso ser.
Qué desazón la de estar siempre en tránsito. No me extraña lo del "síndrome de Ulises".
ResponderEliminarHay gente que de su vida hizo eterna mudanza, sin cambiar de domicilio.
Un abrazo, Paco.
En mi caso fueron mudanzas también geográficas, siempre en pos del trabajo, Cayetano.
EliminarUn abrazo.
"... deshilacho la madrugada salpimentando añoranzas" Joder, ¿Cómo se te ocurren estas metáforas? eres la leche. Un abrazo
ResponderEliminarLa metáfora de la leche es el queso, Felipe.
EliminarUn abrazo.
Eres como el Guadiana...
ResponderEliminarTe deseo lo mejor en estas fechas y en el año que se nos viene encima.
No es voluntario, Tracy. En verdad que me siento mejor cuando puedo aparecer aquí cada día, algo que ha sido habitual durante bastante tiempo. Pero...
EliminarBesos.
Espero que no sea por causas de falta de salud.
EliminarUn beso.
He tenido algunos problemillas de salud, ya encauzados, y una cierta apatía que no sé a qué achacar, además de cierto cúmulo de tareas al margen de este ámbito. Nada que no esté en las lindes de lo cotidiano. Muchas gracias por tu interés.
EliminarCuando descubro en la fila de mis blogs favoritos un trabajo tuyo, ya sé que encontraré algo novedoso y bien hecho.
ResponderEliminarQue tengas una linda fiesta y un año para vivir lo mejor.
Muchas gracias, Vicente, por esa confianza. Ojalá que te decepciones en pocas ocasiones.
EliminarUn abrazo.
Te miro niño a través de la ventana que abres en estas letras. Y puedo oler ese aroma de pan recién hecho... y tú allí, solo más chiquito de talla que hoy... pero el mismo niño, que supiste conservarlo para siempre, con toda su dulzura y ternura.
ResponderEliminarEso en muy grande! Muy pocos lo logran.
Paco... Ah, cuánto te admiro.
Caramelos de anís para tu espíritu niño y un beso especial para ti.
Ya fui grande, Sara, ahora me interesa mucho más ser chiquito, sentirme apegado a lo sencillo, a lo humilde, a los necesitados.
EliminarBesos de anís.
Somos errantes en esta tierra y las maletas son la pesada carga que tenemos que transportar en este largo peregrinar.
ResponderEliminarAfortunadamente, no estamos solos en ese largo camino y siempre contamos con alguna personas que nos acompañan y que desinteresadamente nos muestra su amor.
A pocos días de que comience el año nuevo, te quiero desear mucha felicidad junto a tus seres queridos.
Besos
sin embargo no estamos
Me encanta la visión tuya sobre estas maletas. Tu ventaja es esa ventana abierta al mundo, a sus aromas y colores.
EliminarBesos.
Paso a desearte unas muy felices fiestas. Espero poder estar más presente en vuestras casas este año que va a comenzar.
ResponderEliminar¡Feliz año nuevo!
Un abrazo.
Puedes pasar siempre que quieras, Belén. Te deseo que se te cumplan tus propósitos y que éstos sean los adecuados para este momento de tu vida. ¡Feliz año nuevo!
EliminarUn fuerte abrazo.
Francisco, la Navidad nos retorna a la pureza de la infancia...Y es natural que tu alma se escape en estos días por aquellas calles en busca del sentimiento, que permanece en el corazón por encima del tiempo.
ResponderEliminarMi felicitación por esa grandeza interior que siempre nos transmites.
Espero que estés pasando unos días llenos de paz y alegría en compañía de tus seres queridos y sigas compartiendo con nosotros tus letras y tus sentimientos por mucho tiempo.
Mi abrazo y mi cariño, amigo.
M.Jesús
De un ser extraordinario sólo salen deseos maravillosos. Gracias, María Jesús. No me gusta mucho las derivas de este mundo adulto y egoísta. La niñez es el refugio de los apocados, pero también de quienes deciden caminar por sendas más honestas y puras. Dijo el Maestro: "Si no os hacéis como niños..." Me interesa mucho la recompensa ofrecida. Que se te cumplan tus sueños, si son los adecuados para ti y los tuyos.
EliminarUn fuerte abrazo.
Qué honor y qué alegría encabezar tu escrito. ¡Gracias, querido Francisco!
ResponderEliminarEl honor es mío, Amelia. Muchas gracias.
EliminarUn abrazo.