En cada hoja el otoño,
en cada pecíolo la caducidad
del tiempo
que se renueva,
como las agujas del reloj
pasan dos veces al día por
la misma cifra.
En cada hoja toda la
Naturaleza,
todo el vigor creador de gestación
y óbito,
toda la paleta arcoíris
en ruta de degradación
por la cuerda floja que va
del albor a la caída.
En cada hoja la parábola
de tu vida y mi vida, de
nuestra existencia,
de nuestro caminar ajado y remiendos
clínicos,
de la promesa cada día
renovada
de vivir el uno por y para el
otro.
Hola Francisco, acabo de ver tu publicación y si la dejo pasar me olvidaré.
ResponderEliminarLa hoja de mi memoria está un tanto ajada debido a la salud y tiempo.
Al igual que la naturaleza se marchita, sólo que no se renueva en primavera.
Profundo y precioso poema, te deseo un buen día.
Un abrazo.
Ambar
Querida amiga Ambar, el estado de felicidad no puede depender de nada externo a nosotros, porque en ese caso no podríamos alcanzar ese estadio nunca jamás. A mi edad no faltan los achaques y después de cinco intervenciones de columna no estoy precisamente para bailar la jota, pero tampoco para arrugarme y entristecerme. Para el dolor, pastillas; para que puedas rejuvenecer, ponte el ejemplo de un día: nace y muere como nosotros tras cada noche, por eso cada mañana nos llevamos el alegrón de despertar y saber que se nos ha prorrogado la vida por un día más. Te deseo que seas feliz a pesar de los inconvenientes de salud y te garantizo que se puede conseguir.
EliminarUn fuerte abrazo.
Tras cada hoja de otoño, vuelve a aparecer las yemas que traerán nuevas hojas verdes.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ese ciclo que sugieres es el que he querido expresar, Emilio.
EliminarUn abrazo.
Francisco, tu lo dices bonito y con sentimiento.
EliminarTú si que eres como las agujas del reloj. Tan puntual cada día para traernos tu poema. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Felipe, eres un amigo de los que uno califica como imprescindibles.
EliminarUn abrazo.
La hoja que más texto admite, la del árbol.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Gracias, Cayetano, sin dudas las hojas más numerosas.
EliminarUn abrazo.
Esa hoja es toda una metáfora de la vida...Toda la naturaleza y el amor del Creador en una hoja y en una vida. Un milagro que nace y muere cada día y sigue adelante agradecida y esperanzada, como el autor de este poema...Mi felicitación y mi abrazo siempre, amigo.
ResponderEliminarM.Jesús
¡Qué bonito lo explicas, María Jesús! Gracias por tus comentarios.
EliminarUn fuerte abrazo.
La vida se renueva constantemente.
ResponderEliminarAdmiro tu fortaleza y tus ganas de vivirá pesar de esas dolencias.
Ahora me encuentro afectada por un lumbago y eso me hace venirme abajo y es que no puedo tomar antiinflamatorios , por lo que voy a un osteópata.
Besos
Cuando se llevan muchos años con dolencias físicas, acaba uno habituándose para no resignarse y vivir plenamente. Te prometo que soy muy normalito, nada especial.
EliminarBesos.
Precioso y sentido, Francisco, como siempre.
ResponderEliminarAbrazo!
Muchas gracias por tu opinión, Zamarat.
EliminarUn abrazo.
qué buen poema Paco!!
ResponderEliminarPero...vosotros aún, no sois hojas de otoño. Todavía reverdecen vuestras puntas y animan a otros a continuar en el camino.
Abrazos y Feliz Navidad.
Muchas gracias, Asun, el cariño todo lo aprecia en otra dimensión. Yo también te quiero.
EliminarBesos.
Bella manifestación de amor Paco.
ResponderEliminarTe dejo un abrazo festivo y muchas ganas de embriagarte con las cosas sencillas y buenas de la vida.
Recibo tu abrazo el día de la Esperanza, todo un signo, Ceciely, el cual te agradezco.
EliminarUn abrazo.
Todos somos como esas hojas por cuya apariencia transcurre el tiempo entre subidas aparentes y descensos certeros...
ResponderEliminarBesos.
Tú no, Marinel, tú no eres hoja sino flor aromática.
EliminarBesos.
Bello Francisco, gran gran abrazo desde nuestro casi verano.
ResponderEliminarNo hay obra de arte, por bella que esta sea, que pueda considerarse tal sin una mirada que la contemple. Gracias, Adriana, por esta amorosa mirada con la que me lees.
EliminarUn abrazo.
“La Navidad es la temporada para encender el fuego de la hospitalidad en el salón, y la genial llama de la caridad en el corazón“ Washington Irving
ResponderEliminarFeliz Navidad y mi cariño. Volveré en el 2017 superando este parón. Gracias por estar siempre.
Un abrazo
Casi cada día recuerdo con gusto el café que compartimos con tu hermana María. Que la distancia no te separe de la realidad ni del cariño que aquellos que te amamos. ¡Feliz Navidad!
EliminarUn abrazo.
Hola Francisco. Esa hoja es el ciclo de la vida. Bello poema y bella imagen.
ResponderEliminarTe deseo que estes bien y que lo pases bien con tu familia. Disfruta de los tuyos.
Abrazossssssssss
En una mínima porción de vida, toda la vida, Isa. Me sigue maravillando cómo está el pan en cada grano de trigo que el sembrador entierra en la sementera. Para ti, para Antonio y todos los tuyos, todo mi cariño y mis buenos deseos de Paz y Amor.
EliminarAbrazos.
Paco querido y admirado, tú eres de lo mejor que hay en Internet. Pido mucho siempre por tu salud y tu bienestar. Escasas personas tienen la fortaleza, generosidad y grandeza de espíritu que tú tienes, sumado a tu maravillosa poesía... eres, muchos dones, que, estar cerca de ti, es un enorme privilegio, que agradezco.
ResponderEliminarQue esta noche te envuelva en toda la magia de bondad y te colme de bendiciones y a tu familia, porque lo mereces sobradamente.
Feliz Navidad.
Fuerte abrazo ansiado.
Me dejas sin palabras, Sara. Ojalá no estés engañada y me parezca yo a eso que describes. Quien como tu alaba a otro es porque es y se siente grande; la envidia no usa esa medida generosa para hablar del otro. Ya que te interesas por mi salud, estuve el pasado lunes en el hospital, Unidad del Dolor, y todo marcha según lo había previsto la ciencia. Que el Niño Jesús te colme de todos los bienes que te sean necesarios para que tu vida sea por siempre dichosa.
EliminarUn fuerte abrazo.
Extraordinario poema, como todos los tuyos Insisto, ¿¿¿ para cuando un libro???
ResponderEliminarEstaba pensando en que comentario hacer pero difícilmente puedo no sumarme a la admiración que expresa por tus letras y tu persona, Sara O. Durán, coincido en que eres un gran poema y una excelente persona. Te deseo lo mejor, hoy y todos los días venideros.
Feliz Navidad y Feliz Año Nuevo.
Querida Chela: siempre te imagino en una de esas espléndidas balconadas de A Coruña que miran al mar océano. Con esa misma anchurosa mirada me miras y hasta te dejas contagiar por mi amiga Sara. Tengo varios libros escritos. Diez, creo recordar. De ellos hay dos colgados en este blog, en su parte superior izquierda, que puede bajarse cualquier persona que le interese. Tengo prometido ir colgando el resto y en ello sigo empeñado sin poder prometer cuándo. Por cierto, me interesa ser mejor persona que poeta.
EliminarGracias, mil gracias, Chela, por tu amistad. Pido a Dios por ti, para que te colme de todo aquello que necesitas; sobre todo, que sigas gozando de esa mirada generosa para todos y para mí mismo. Feliz Navidad.
Un abrazo.