Hoy, como ayer, Jesús
tendría que huir
y posiblemente ni sabrían
sus padres
en qué rincón de la Tierra
protegerlo
de la enquistada inquina de
Herodes .
Persiste el llanto en Ramá
─dos mil años después─
por la muerte de miles de
inocentes
y son también santos y vírgenes
quienes caen
como hojas de otoño
lastradas del ocre del odio
por los oscuros recovecos de
la economía:
Siria, Irak, Sudán del Sur,
Afganistán,
Yemen, Libia, Burundi,
Turquía,
Níger, Nigeria, Chad,
Camerún…
En este cálido occidente nos
alarmamos
ante terroríficas operaciones
ocasionales:
París, Bruselas, Niza,
Berlín…
y perdemos la noción del día
a día
en los rescoldos bélicos
que nuestra industria
alimenta.
Mi voz es insignificante,
aunque no tanto
como mi poder de
convocatoria,
empero no quiero llorar solo
y a ti extiendo mis manos
para que nos encadenemos
a un aullido de protesta
por este holocausto de
inocentes
donde cada día explotan las
bombas de los poderosos.
Persiste el llanto en Ramá
─dos mil años después─
por la muerte de miles de
inocentes,
y yo siento cómo explota la
culpa en mi pecho
por la complicidad afónica de
mi silencio.
Es que hay muertos -e inocentes muertos- de primera, segunda y tercera división.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Tristemente es así. Por eso nos alarma tanto nuestros muertos y los de allá lejos como si no fueran vidas humanas.
EliminarUn abrazo.
Los siglos pasan y la crueldad y la barbarie persiste cebándose siempre en los seres más inocentes.
ResponderEliminarBesos
Esto es algo endémico. Hay un cruce de intereses que alimentan las guerras: los productos naturales de ese país y la necesidad de consumir el armamento que fabrica la industria de guerra. Las víctimas son siempre los mismos.
EliminarBesos.
Me uno a tu grito, aunque me temo que a los que tienen el poder les da igual.
ResponderEliminarTal vez si alcanzáramos millones de manifestantes en las calles se torciera sensiblemente el destino fatídico, pero es muy sustancioso el negocio bélico como para que le dañen unas palabras.
EliminarBesos.
Y pagaremos caro tanta desidia y dejadez. Tan criminal el que actúa matando como el que da la espalda.
ResponderEliminarUno a uno, todos somos indefensos, Mercedes; sólo si nos unimos podremos arroparnos los unos a los otros. No hablo de ser héroes.
EliminarUn abrazo.
También me uno a tu grito, Francisco...El silencio duele y no es bueno para nadie en estos casos de guerra y muerte.
ResponderEliminarCreo que, si todos alzáramos nuestra voz llegaría muy alto y el mismo universo se confabularía con todos para alcanzar la paz y la solidaridad entre los pueblos...
Mi abrazo y mi cariño.
M.Jesús
Mil gracias, María Jesús, por solidarizarte con mi opinión.
EliminarAbrazos.
A mí, sinceramente, me dan ganas de esconderme bajo tierra y no salir. ¡Qué insensibles nos hemos vuelto, Dios!
ResponderEliminar¡Un abrazo enorme, amigo!
;)
Al parecer nos conformamos con mirarnos el ombligo sin importarnos qué les sucede a nuestros vecinos.
EliminarUn fuerte abrazo.
Es desgarradora la realidad.
ResponderEliminarNuestra solidaridad hacia esos hermanos nuestros, es necesaria y más que urgente.
Un abrazo, Paco.
A los poderosos les interesas nuestra individualidad, pues no necesitan ni siquiera dividirnos, pero es en comunidad como mejor podemos defendernos. Hoy les toca a ellos, pero otro día nos puede tocar a nosotros.
EliminarUn fuerte y anisado abrazo.
Hola Francisco, si te digo que mis ojos se han llenado de lágrimas con tu poema, creeló porque me ha llegado al alma.
ResponderEliminarEstos versos, son de lo mejor que he leído en estos días...
" Persiste el llanto en Ramá
─dos mil años después─
por la muerte de miles de inocentes,
y yo siento cómo explota la culpa en mi pecho
por la complicidad afónica de mi silencio."
Y lo que quisiera es poder abrazar a tantos inocentes como continúan prisioneros de las injusticias de los hombres...
Un día los hombres sentiran la misma verguenza que sintieron ante Auschwitz, con el agravante que esta sangría de inocentes se conoce perfectamente.
Qué seas muy feliz y cumplas tus sueños en 2017. Un abrazo.
Ángeles
Muchísimas gracias, Ángeles, por tan sentido y extenso comentario.
EliminarUn gran abrazo.
Triste y lamentable, pero en medo de todo la esperanza de un futuro mejor persiste e insiste.
ResponderEliminarFeliz Año Nuevo.
Un abrazo.
La Esperanza es la que nos anima a perseverar sin llegar a la desolación.
EliminarUn abrazo.
Cada vez puedo ver menos este horror...no lo soporta mi pecho, supongo que por el peso de mi parte de culpa....
ResponderEliminarVaya mundo, Francisco, vaya mundo.
:(
Besos.
Está confesión te salva, Maribel. Creo que es llegado el momento de no callar, de no mirar para otro lado y convertirnos en cómplices. Esto que está sucediendo es una salvajada, una canallada, un Holocausto y me manifiesto en contra. Me sobran años y me falta físico para encabezar manifestaciones callejeras, pero no alma no puede con más peso de silencio.
EliminarBesos.