12 febrero 2011

LOS CHORROS


Los Chorros

Ciento seis años corriendo sin parar, día y noche, invierno y verano, siempre a la misma temperatura e igualmente apetitosa y refrescante. Hasta los años sesenta, cuando se dotó a Ojén de la red de agua a domicilio y el alcantarillado, como a tantas otras poblaciones, Los Chorros era el eje medular por el que pasaba la vida social de los ojenetos. Junto a Los Chorros, El Pilar, el abrevadero al que se llevaban a beber a la población de mulos, asnos, bueyes y caballos; y adosado a Los Chorros, la Pesacadería

No fue la canalización del agua la única modernización que trajo el progreso: la tracción de sangre se cambió por los caballos de vapor y la cabaña tuvo que alejarse de la población como medida sanitaria, con lo que El Pilar ha dejado de tener su uso y no así Los Chorros, pues muchos paisanos siguen acudiendo a por agua para beber, aunque han cambiado el botijo por envases de plástico.

El agua surge de un manantial muy cercano y no tiene tratamiento, por lo que numerosos vecinos de Marbella también acuden a proveerse de agua de manantial, escapando del sabor a cloración del agua la red.

Mi vida y la vida de todos los niños ha discurrido en este mismo entorno, cuyos vecinos son La Plaza, La Iglesia, los lugares de juegos y el recreo de la escuela. He hablado recientemente de la música de las campanas, también el soniquete del agua en su golpeteo de caída libre forma parte de la partitura de mi vida. Si los primeros años de la vida de toda criatura son los cimientos de su carácter, en la sencillez y placidez de este entorno, casi bucólico de mi pueblo, está la esencia de mi personalidad, lo poco que soy y lo mucho que siento.

14 comentarios:

  1. Hola Francisco, me gustan mucho las edificaciones, monumentos antiguos, sobre todo los de piedra.
    Tienen algo especial. Si algo añoro del pasado, es por su esencia, la de sus gentes, el trabajo con esfuerzo y callados, la forma de vivir y de sentir que se veía, el cariño desinteresado que había. Eran otros tiempos, con bastante menos, con menos tecnología, pero lo que la gente nos ofrecíamos, eso no tiene valor de lo grande que era.
    Lo primero que me ha venido a la cabeza cuando he leído tu entrada y la historia de la fuente y de tu pueblo en tiempos pasados, es el sabor de la agua que fluye de ella. Debe estar buenísima y fresca. Ahora para encontrar una fuente de estas características, cuesta.
    No eres poco Francisco, eres lo que sientes y das y te puedo asegurar que es mucho.
    Un abrazo.

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  2. Ya voy descubriendo los sonidos de tu niñez. Algunos muy parecidos a los míos. Primero fueron las campanadas de la iglesia, luego el murmullo del chorro de la fuente...Sonidos que nos acompañan y nos mecen con su arrullo en una interminable evocación del pasado, ese paraíso perdido que pretendemos recobrar con nuestra memoria.
    Un saludo.

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  3. Bonitos recuerdos de tu niñez que se parecen bastante a los míos, pocos coches, algún mulo, algún tractor, las fuentes, los chiquillos en la calle...

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  4. Granada está llena de pilares y casi la totalidad funcionan, pero este que nos muestras tiene la peculariedad de ese otro chorro que llena el abrevadero, cosa que no he visto en los nuestros.

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  5. sigo conociendo Francisco, es todo nuevo para mí

    beso

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  6. Cómo han cambiado las cosas en, relativamente, muy poco tiempo.
    He visto fotografías antiguas de mi ciudad, en las que las personas hacían largas colas en las fuentes, con cántaros al hombro, para llevar agua a sus casas. También recuerdo que, cuando era un niño, todavía quedaban vaquerías dentro del casco urbano.
    Es curioso como, en solo una generación, los cambios en la forma de vida y las costumbres son abismales.

    Un abrazo.

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  7. No puedo compartir ni estos recuerdos, ni estas imagénes. No me son familiares. Los chorros y abreevaderos los conocí bien entrada en años. Tengo que rebuscar en mi mente pero me son más familiares los tanques de agua:)
    Pero al menos comparto algo de los tuyos:)
    Un beso

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  8. Francisco, ahora la vida tiene una cadencia distinta. Todos tenemos prisa por ir a ninguna parte.
    Saludos

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  9. Suerte tenéis de conservar todavía esas fuentes. Aquí han desaparecido todas y las han sustituido por estas de hierro con agua de grifo, claro.
    De todas formas, Francisco, yo pensaba que la bebida típica de Ojén no era el agua precisamente.
    Un abrazo más que cordial

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  10. Tienes mucha razón, Felipe; en otro tiempo hubo una destilería de aguardiente muy famosa, de la que quedó un estribillo musical que decía (la música no sé reproducirla) "media copita de Ojén".
    En otra ocasión contaré la historia del anís, su guadianía y desparición final.

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  11. Es curioso lo importante que puede llegar a ser un lugar en la vida social de un pueblo o ciudad sólo por algo tan "simple" como tener una fuente.

    ¡Cuántas historias habrá visto!

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  12. Otros tenemos otros sonidos, otros olores... pero siempre algo que nos enlaza con nuestros primeros años.
    Me encanta esto de los recuerdos!

    Un abrazote!
    :)

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  13. Pues os aseguro que yo, aunque no soy ojeneto de nacimiento, sí he pasado allí los veranos de mi infancia, de veraneo con mi familia, y también siento algo muy especial por la fuente de Los Chorros.

    Siempre que voy a Ojén no pierdo la ocasión de beber agua de esta fuente.

    Carlos

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  14. En aquellos tiempos no tan lejanos, en todas las ciudades, pueblos y aldeas de España hubo muchas mujeres dedicadas a ese menester, mujeres de todas las edades, ancianas e incluso niñas que lavaban la ropa de la gente que podía pagarse el servicio.

    Tu escribiste hace tiempo una entrada titulada Los chorros, y aquella entrada hizo que yo escribiera otra llamada "enlazando recuerdos" que trataba acerca de las lavanderas ¿te acuerdas?, esta entrada de hoy me ha hecho recordarla.

    Hacia dias que no entraba en tu blog a comentar y ya me remordía la conciencia, no ha sido ni por descuido ni por olvido, sabes que siempre estoy pendiente de mis amigos, otras razones han sido las causantes de mi ausencia, que aclaro, nada que lamentar, solo que el tiempo no me alcanza como yo quisiera.

    Un fuerte y calido abrazo

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