13 agosto 2018

QUINTETO





A Luis Canchola

El clarinete da una sutil
señal de alerta rompiendo el silencio
y en algún lugar del bosque
una madera hermana
se queja con similar sonido
─agitada por el viento─
cuando el violín trota
por el pináculo de los agudos
como gallo de corral
que se reivindica
extendiendo sus alas
por todo el arco de su envergadura.

Como respuesta, el chelo
empolla el contrapunto desde su gestualidad:
notas que subdividen el espacio
en parcelas acústicas,
que subraya como con manchas de color
en cortas pinceladas,
sobre un tapiz recoleto e irisado;
en tanto el oboe
se desliza como descalzo
por una escala descendente
que viene a morir
─poco más tarde─
en un breve silencio.

Todos atentos. Alarma general:
los virtuosos dedos de María,
negras y blancas,
arrancan con un pianísimo la melodía central
a la que se ensartan conformando el allegro,
desgranado por el apasionado quinteto
que acaba en prolongada ovación.

6 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Gracias, Cayetano, por venir al concierto y por la ovación.

      Un abrazo.

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  2. me gusta como escribes
    asi de facil es lo que siento

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    1. Muchísimas gracias por tus palabras. Espero que recomiences muchas veces.

      Un abrazo.

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  3. Nos has relatado la sinfonía de ese quinteto, como si se tratara de un cuento, que surge espontáneo en las profundidades del bosque, anunciando la llegada de la bella Blanca Nieves...Mágico y sugerente, Francisco.
    Mi abrazo y feliz semana.

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    1. Muchísimas gracias, María Jesús. Al parecer, he conseguido mi objetivo. Mil gracias.

      Un abrazo.

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