18 agosto 2018

UN ALDABONAZO DE LUZ





Por la ventana de mi alcoba,
un aldabonazo de luz
aún cenicienta
que inaugura la mañana
para revestirla de exclusividad:
trae sumado el ayer
y todavía ignora el mañana.

La otra noche fue una vuelta al pasado,
un reencuentro intencionado
con el firmamento,
el cual sigue con su tendido eléctrico
incólume.

Los días me ayudaron a olvidar
cómo el cielo se ilumina en la oscuridad
y, en consecuencia,
a no poder identificar las constelaciones;
a duras penas la osa mayor,
la osa menor y el madrugador Venus.

Y es que mediado agosto, en plena Sierra Blanca,
donde a oscuras sigue su bullicioso trajín de vida,
donde destilan los pinos su resina,
y también el romero y el cantueso,
las retamas son ola vegetal
que todo lo alfombra
y mirar el espectáculo del firmamento
es reafirmarse en la pequeñez
minúscula en medio del mundo.

La brisa entre las agujas del pinsapo
y una docena de cantos no identificados
eran testigos de la vida que no dormía,
a pesar de la absoluta oscuridad. Y en el cielo,
estrellas con prisa
que dejaban su estela de fuego
quemando urgencias hacia otro destino.

6 comentarios:

  1. Porque, aunque todo duerme y a pesar de la oscuridad, la vida sigue: los murmullos entre los árboles, la brisa que mueve las hojas, el insomne que intenta volver -inútilmente- a conciliar el sueño...
    Un abrazo, Paco.

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    1. De todo un poco, Cayetano. Pero en esta ocasión es verdad que nos trasladamos, con la ayuda de mi hijo Carlos, al olivar de Juanar y estuvimos viendo la lluvia de estrellas y todo lo que la envuelve.

      Un abrazo.

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  2. Hola, ya vuelvo a estar por aquí aunque sea intermitentemente.

    "Alcoba" bonita palabra que ya no se suele utilizar y que me vuelve a mi infancia/juventud, a la casa de mi padres , a tantos y tantos recuerdos... Un abrazo.

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    1. Bienvenida, Chelo muy querida. Para mí, estar en esta tierra es, de algún modo, volver a esa infancia y juventud; por tanto, son muchas las palabras que vuelven sin haberse ido.

      Un fuerte abrazo.

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  3. A pesar de ser consciente de tu pequeñez, tu mente abarcaba la tierra y el cielo, Francisco. Pusiste en contacto el pino, el romero y las retamas con las constelaciones y las estrellas fugaces...Muy interesante.
    Mi abrazo y feliz semana.

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  4. El buen observador, como el poeta o el pintor y también el músico, transmiten el arriba y abajo de manera completa y absoluta. Gracias, hermosa descripción. saludos.

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