06 septiembre 2016

COMO PRÓLOGO



Resoplabas.
Desperté y casi podíamos nadar
en la nada de nuestros cuerpos.
Es verano y ya se sabe, hace calor;
en invierno nos cubriríamos de inmediato
acurrucando nuestros cuerpos.
Resoplabas.
Fui a la cocina y regresé
con un zumo de naranjas
recién exprimido
que ni siquiera hiciste por llevarte a los labios.
Dejé el vaso en tu mesita
y te giraste
como quien huye del diablo.
Resoplabas.
Yo buscaba ganarme un beso
─como prólogo─
y tú no estabas por la labor de despertar
ni consentir carantoñas.
Resoplabas;
aunque eso no significa que yo diga que roncas.

3 comentarios:

  1. El viejo truco del zumito. Casi cuela. Jejeje.
    Bueno, ya ando de vuelta. Lo malo de irse uno unos días por ahí es que luego hay faena atrasada.
    Un abrazo, paco.

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    Respuestas
    1. Hay que usar todas las tretas y ni siquiera así es válido siempre.

      Un abrazo.

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  2. Qué tierno de no percibir ronquidos. Un tierno siempre será caballero y buen hacedor de zumo de naranja en la mañana : )
    Besitos.

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